jueves, 26 de diciembre de 2013

Temen que durante el Mundial se produzcan atentados terroristas

La inteligencia brasileña y la FIFA mostraron preocupación ante el riesgo de ataques durante la Copa del Mundo.

Brasilia. Ansa - 26/12/13
La Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIM) se sumó a la FIFA en su preocupación sobre la seguridad durante el Mundial 2014 y considera el riesgo de ataques terroristas, al tiempo que recomendó la sanción de una ley que tipifique a ese delito de acuerdo con los parámetros de la ONU.
“Si yo pudiera decidir, si dependiera de mi voluntad, considero que sería muy importante tener una ley específica (contra el terrorismo) que es un fenómeno internacional”, declaró Wilson Trezza, titular de la ABIM. Dirigentes de las federaciones de fútbol de Inglaterra y Estados Unidos transmitieron su interés en que las selecciones de ambos países cuenten con sistemas de seguridad reforzados ante la amenaza de que sean objeto de ataques terroristas en Brasil, donde hay 10 millones de descendientes de árabes. Agencias de inteligencia extranjeras consideran que existe el riesgo de ataque a algunas selecciones o en puntos de gran concentración de público como estadios o aeropuertos, donde el gobierno brasileño contará con efectivos policiales y de las Fuerzas Armadas.
También la FIFA expresó, informalmente, su preocupación sobre la seguridad durante la cita, alarma que aumentó luego de las manifestaciones multitudinarias ocurridas durante la Copa de las Confederaciones disputada en junio, según lo declaró este mes Jeronme Valcke, secretario general de la entidad. “Brasil es signatario de las resoluciones de la ONU en las que se define que los países necesitan introducir en su legislación la lucha contra el terrorismo, es un compromiso internacional, pero ya no hay plazo para que se sancione la ley”, comentó Trezza.

viernes, 20 de diciembre de 2013

El porno y el Mundial, una extraña combinación que genera ganancias en Brasil

La industria se suma a la ola de inversiones relacionadas al torneo y espera más televidentes que en Sudáfrica 2010


RIO DE JANEIRO.- "Si hay obras de infraestructura, si despierta el interés del público y hace crecer la economía y si es es tema del año en el país, por qué la industria porno no iba a moverse de cara a 2014". Así empieza el último informe del sitio brasileño UOL, en el que se destaca una fuerte inversión del porno brasileño de cara a la Copa del Mundo. Una curiosa combinación en la que la industria debe tener mucho cuidado, ya que los proyectos no pueden hacer mención directo al torneo, ni se pueden utilizar emblemas, ni camisetas, ni dobles de futbolistas.
"Ofrecemos pasto sintético y réplicas de camisetas en alusión a las selecciones", explica Clayton Nunes, el director de Brasileirinhas. Una producción que espera contar con homenajes a Brasil, la Argentina, España, Italia y Alemania, entre otros países.
En referencia a los cuidados que debe tener la industria del porno, el último gran inconveniente lo tuvieron en 2008, cuando una ex de Ronaldo filmó una película junto a un doble del Fenómeno. Por entonces, el futbolista logró detener las ventas del film protagonizado por Vivi Brunieri, también conocida como Vivi Ronaldinha (fueron novios en 1996).
Sin números concretos en cuanto a la demanda que pueden tener las cintas, lo que sí esperan desde la industria es lograr un mejor rendimiento que en la previa del Mundial de Sudáfrica 2010, cuando obtuvieron considerable éxito

lunes, 16 de diciembre de 2013

El sexo en la vida del ciudadano soviético

El escritor Denís Dragunski nos explica cómo el individuo soviético mantenía la libertad corporal, cómo conseguía material pornográfico y por qué se recurría poco a los servicios de las prostitutas.

En la Unión Soviética no hay sexo
En la Unión Soviética, en torno al sexo siempre hubo un halo de prohibición. Pero sexo había, por supuesto. En grandes cantidades, no menos que ahora.
Pero hablar del tema se consideraba de mal gusto e indecente. Es muy popular esta anécdota: en 1986, en un programa de televisión, el Telemost (telepuente) Leningrado-Boston, una mujer rusa declaró: “No hay sexo en la Unión Soviética”. Pero se trataba de un malentendido: en realidad, se refería a que no había sexo en la televisión.
Ya antes, en 1977, se había publicado un libro de Gueorgui Vasilchenko, Sexopatología general, en el que resumía sus experiencias y describía a una pareja que había acudido a su consulta. Su experiencia vino a probar que muchos problemas se debían a que las personas no sabían cómo hablar de sexo.
Para nombrar el acto sexual y los órganos genitales, solo había palabras obscenas o términos médicos: ni unas ni otros resultaban estimulantes para entablar una conversación sincera.
Otro escándalo se desató en 1978, cuando en la pantalla se estrenó la película Una mujer extraña, que narraba la historia de amor entre un joven y una mujer madura. De esta película se escribió una reseña en el diario Komsomólskaya pravda, que decía así: qué tiene de extraño, si en la Unión Soviética uno de cada tres matrimonios se divorcia. Por aquel entonces yo trabajaba en la Academia Diplomática y de esta noticia me enteré por la mañana leyendo un periódico griego, pues llegó a las páginas de toda la prensa mundial. El número de divorcios, incluso comparado con el de Occidente, era muy elevado.
Cómo las libertades sexuales suplían la falta de libertad
En la década de 1920, el poder soviético soltó las riendas en todo lo referente al sexo. La liberación de la sexualidad y la emancipación de la mujer se enmarcaban en la misma lucha que se libraba en el campo de la religión, los centros educativos, la enseñanza del griego y del latín, los uniformes prerrevolucionarios, las tablas de rangos, etc. Al mismo tiempo, se despenalizó la homosexualidad. Los divorcios eran totalmente libres: se podían obtener sin poner al corriente a la pareja.
Luego, cuando Stalin puso en marcha la política imperial se prohibieron los abortos, se criminalizó la homosexualidad y el divorcio pasó a convertirse en un asunto que requería mucho tiempo. Incluso en la década de 1960, si uno quería divorciarse, había que publicar un anuncio en Vechérnaya Moskva. Sólo las personas muy influyentes podían divorciarse sin que trascendiera.
Después de la guerra hubo una gran carencia de hombres, así que se anuló la pensión alimenticia. La cuestión del reconocimiento de la paternidad era algo que no se planteaba: si una mujer no estaba casada simplemente se ponía una raya en el certificado de nacimiento del niño.
Después, cuando a principios de la década de 1950, la situación empezó a nivelarse, de nuevo se tomaron medidas para fortalecer la institución de la familia. Aparecieron los aliméntschiki, padres incumplidores o malos pagadores de la pensión alimenticia. En la década de 1960, la caza de los aliméntschiki se sustituyó en parte por otro divertimento que gozaba de la aceptación general: la caza de los enemigos del pueblo.
De los padres incumplidores se ocupaban la policía y los tribunales, que enviaban a sus trabajos las órdenes judiciales. Por un niño había que pagar el 25% del salario; por dos, el 33%; por tres o más, el 50%. Los hombres se colocaban expresamente en empleos con el salario más bajo, daban la pensión alimenticia en base a ese salario y buscaban la manera de hacer más dinero realizando trabajos en negro.
Todos los aliméntschiki estaban firmemente convencidos de que con su dinero se daba de comer a un holgazán, esto es, al nuevo marido de su exmujer.
El mercado negro de la pornografía
Las fotografías obscenas estaban muy solicitadas. Las vendían en los trenes unos hombres a los que, por alguna razón, se les llamaba bielorrusos. En efecto, parecían bielorrusos por ciertos rasgos: rubios, de pómulos salientes, con los ojos profundos y de un color azul brillante. Se fingían sordomudos, pero en realidad no lo eran. Se acercaban, te daban un codazo y sacaban las fotografías pornográficas.
Las imágenes se dividían en dos categorías desiguales: la menor parte de ellas eran copias de fotografías extranjeras; la mayoría eran encantadoras instantáneas de producción local. Todo sucedía en camas de hierro con los cabezales niquelados y almohadas de encaje y, en las paredes, colgaban reproducciones de cuadros con ositos del pintor Shishkin. Cada fotografía representaba una escena independiente.
Un paquete de estas fotografías costaba tres rublos (. En comparación, un paquete de cigarrillos Stolichni costaba 40 rublos, una botella de vodka 3 rublos (7 céntimos de euro), una entrada al teatro, 1,5 rublos (4 céntimos).
A veces las fotografías se vendían como una baraja de cartas. En el reverso de cada imagen había una señal: por ejemplo, la reina de tréboles. Además, circulaban relatos pornográficos manuscritos de producción local de temática rusa. Después aparecieron traducciones del inglés, había un famoso libro titulado Vacaciones en California.
El Kamasutra también circulaba en copias mecanografiadas. Pero, en la Unión Soviética, en el mercado negro de libros sólo se vendían obras ‘decentes’: Kafka, Pasternak, Tsvetáyeva. Había mercados en los que se vendía ciencia-ficción, mercados donde se vendía literatura religiosa, etc. Pero no había literatura pornográfica.
A principios de la década de 1970, se produjo otro avance: en la Unión Soviética apareció una serie de pequeños álbumes pornográficos y tebeos de contenido sexual explícito. Los fotografiaban y se imprimían de noche. La pornografía también llegó al cine en formato Super-8.
Era cine extranjero y se producía fabrilmente, a juzgar por su calidad. Las películas se importaban principalmente de Alemania. Eran películas grabadas como cine mudo: es decir, no era necesario el sonido para comprender la trama. Pero ¡tenían argumento! Todas las películas de las décadas de 1960, 1970 e incluso de 1980 tenían una trama ingeniosa o entretenida, así que era divertido verlas.
Los anticonceptivos soviéticos
Los preservativos se vendían sin ningún problema en las farmacias. Pero no estaba bien visto hablar de condones y lubricantes en voz alta. En la farmacia, la mayoría de hombres se limitaba a hablar en un susurro, o bien pedían: “¡Un  paquetito!”, o también: “una cajita de aspirinas”, acompañado de un guiño.
Entonces era imposible imaginar que acabaría habiendo enormes escaparates de cristal con preservativos en medio de una farmacia para que los clientes consultaran a los farmacéuticos sobre la calidad, el sabor, el color y el olor del producto.
“El paquetito” costaba dos kopeks. Había de tres tamaños. A los condones se les echaba talco y había que lubricarlos con vaselina o saliva, a gusto del interesado. Los preservativos importados aparecieron a mediados de la década de 1970.
Al principio, se importaban únicamente de la India, luego empezaron a aparecer otras marcas. Había los mismos métodos anticonceptivos que ahora, sólo que más dañinos. Las mujeres experimentadas enseñaban a sus amigas que era necesario ponerse “ahí” una rodajita de limón. Y la aplicaban directamente sobre la piel. En principio, funcionaba: era un ácido, después de todo. Pero las mujeres también se lavaban con permanganato de potasio: se levantaban de un salto de la cama y se iban corriendo al cuarto de baño: allí ya tenían preparada una taza con esta agüita rosa.
La libertad del cuerpo en la Unión Soviética y la dictadura sexual contemporánea
El sexo era una forma de resistencia al totalitarismo. No es de extrañar que Orwell escribiera que la meta del estado totalitario era subordinar el cuerpo, anular el placer sexual. Ahora hay un nuevo imperativo sexual: la depilación, el peeling, el fitness. Nuestras chicas eran muy diferentes: las había llenitas, delgadas, con las piernas torcidas, y nadie estaba acomplejado. El culto al cuerpo de los atletas no molestaba a nadie, pues todos entendían que eran deportistas, profesionales.

En la Rusia actual se rinde culto al plástico, a un cuerpo irreal, cuya imagen se manipula con Photoshop. Éste es otro totalitarismo: la dictadura de los anuncios publicitarios, de la moda. En la Unión Soviética todo era diferente, quizá porque todos éramos pobres y hacíamos el amor sin más. Por eso, había mucha menos prostitución. Era una época de gratuidad general, y no podía no incluir el sexo. ¿Para qué pagar por prostitutas? Era mejor irse a bailar.
Prostitutas y mujeres intelectuales
Para encontrar a las prostitutas había que ir a los andenes de las grandes estaciones suburbanas. Estaban sentadas con las piernas estiradas y tenían el precio escrito en las suelas de los zapatos: sólo había que pasar por delante y mirar cuánto pedían por sus servicios. Las prostitutas de Moscú tenían dos tarifas: tres o cinco rublos. Las chicas se paseaban cerca de la parada de metro Prospekt mira.
Llevaban en la mano billetes enrollados de tres o cinco rublos: verdes o azules, así quedaba claro cuál era la tarifa por sus servicios. Pero pocos eran los que recurrían a las prostitutas: usar los servicios de una profesional era lo mismo que pagar por agua, cuando ésta salía de cualquier fuente. Abundaban las chicas dispuestas a entregarse sin necesidad de dinero a cambio, para disfrutar de los placeres del sexo.
Había, por supuesto, miedo a las infecciones. Miedo a la gonorrea o a la sífilis, enfermedades muy extendidas. Corrían muchas leyendas a este respecto. Por ejemplo, la gente sabía que con la sífilis se perdía la nariz, pero pocos sabían que esto sólo ocurría al cabo de diez años.
Por eso, los muchachos por la mañana, después de una noche ‘alegre’, se palpaban a conciencia la nariz.  Los problemas también surgían por falta de higiene: la gente se lavaba poco y mal. Se solía decir que las chicas promiscuas se lavaban más a menudo; en cambio, las intelectuales se cambiaban de ropa interior una vez cada cuatro días, cuando se lavaban.
Incluso en la década de 1970 las chicas estudiantes que alquilaban una habitación en un piso comunal y se duchaban una vez al día tenían reputación entre sus vecinos de ser prostitutas. En aquel entonces se consideraba que sólo las prostitutas se lavaban todos los días.

Lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo en la URSS

Durante la época soviética la moral sexual era bastante estricta. Durante los años 90 hubo grandes cambios, entre otros respecto a la prostitución. Se crearon entonces una serie de estereotipos sobre las rusas que llegan hasta hoy en día, aunque en la actualidad la situación no es como entonces.

En Rusia a menudo se repite que en la Unión Soviética no se practicaba el sexo. No obstante, sería más correcto decir que éste no sucedía oficialmente. Tras la Revolución muy pronto se estableció, junto al acostumbrado puritanismo religioso, el nuevo código de conducta comunista que era igual de ambiguo y  falaz que el antiguo. 
Especialmente en las películas pero también sobre los escenarios del teatro o en la literatura, la omnipresente censura eliminaba sin misericordia cualquier signo relacionado con el sexo. Películas en las que aparecían partes del cuerpo al desnudo o escenas eróticas corrían el riesgo de ser confiscadas. Esta situación tan sólo cambió tras la llegada al poder de Gorbachov. No obstante, en la actualidad se sabe que los viejos señores de la élite contemplaban, en secreto, escenas de desnudos en sus dachas estatales. 
Todavía en los años 70 era habitual, sobre todo en las regiones rurales y en las ciudades de provincia, que las chicas llegaran vírgenes al matrimonio. Pero esto no era aplicable para los chicos. 
Una compañera rusa de mi época de estudios en Kaluga, se dejó llevar voluntariamente a Magadán, situada en el extremo oriental del país y que tenía mala fama por el campamento de prisioneros en los tiempos de Stalin. Ella se había entregado a un joven hombre antes de su llamada a filas, porque estaban enamorados y querían esperarse el uno al otro. No obstante, después la historio no resultó tan romántica. 
Pero, ¿de dónde procedían las experiencias de los jóvenes? De mujeres casadas, jóvenes recién divorciadas y de las llamadas “mujeres fáciles”. 

Entre estas últimas había varias categorías: las que lo hacían gratis, las que lo hacían por rublos y las que lo hacían por moneda extranjera. El servicio secreto controlaba esto último, como todo bajo el socialismo. Así, para la Feria de Leipzig, uno de los eventos comerciales más importantes del mundo, había una numerosa salida de prostitutas de moneda extranjera en la RDA. Dos veces al año, hombres de negocios de Occidente y políticos eran el centro de la educación sexual. 
Desgraciadamente la educación sexual dejaba y deja mucho que desear. Actualmente, cuando la Iglesia Ortodoxa Rusa  avanza de nuevo, este educación no se aplica del todo. Anticoncepción, protección frente a enfermedades venéreas, educación sexual, todo esto era un enigma. Además, se carecía de anticonceptivos, preservativos e incluso de medios indispensables para la higiene femenina. Es realmente increíble cómo la gente joven se las arreglaba para, más o menos, “tirar hacia adelante”. 
Pero  nada ni nadie se impone sobre la naturaleza. Así que se hacían cosas a pesar del puritanismo y las cohibidas relaciones de convivencia, donde niños y padres tenían que vivir conjuntamente en una habitación a demasiados embarazos no deseados. El aborto fue, y todavía es visto en parte, como una medida anticonceptiva. 

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Medio muertas y blancas como una pared, las mujeres en la Unión Soviética se alegraban  cuando recibían una anestesia durante la intervención. Vacilaban hacia casa y volvían de nuevo al trabajo pocos días después. De este modo, desprotegidas, podían seguir el “deber matrimonial”. En muchos casos era un acto de  obligación. 
A mediados de los 80, cuando se estableció la Perestroika y se cortaron muchas costumbres, hubo a una verdadera revolución sexual. 
La gente adquiría aparatos de vídeo y se veían colectivamente películas desconocidas de todo tipo, también pornográficas. El contemplar en común una película porno tiene algo, pueden creerme: un silencio sepulcral, el respirar con dificultad o los comentarios pueriles para encubrir la inseguridad. A menudo se veían películas pornográficas alemanas de bajo presupuesto con aburridos textos. 
Curiosos espectadores acudían en masa a ver largometrajes como La pequeña Vera y La prostituta de moneda extranjera con la original denominación de Intergirl, a las salas de cine de los años 80. La película La legenda de Paul y Paula la vieron en varias ocasiones los miembros del grupo occidental de las fuerzas armadas soviéticas destinados en la RDA. 
Auge de la prostitución en los años 90 
En los últimos años de la URSS y principios de los 90, la prostitución experimentó un auge. Chicas jóvenes y mujeres de provincia conquistaron la vida nocturna de las metrópolis. Y como en Rusia todo es extremo, en esto tampoco iba a ser menos. 
Las rápidamente crecientes estructuras criminales siempre tuvieron algo que ver con la prostitución. Y las jóvenes damas no podían, como quizás se habían imaginado, trabajar por cuenta propia. Todas ellas necesitaban dinero, esto estaba claro. Algunas llegaban porque tenían que alimentar a su niño o a los padres enfermos, otras, porque querían pagarse los estudios o sencillamente se lo pasaban bien.

En los 90 ocuparon los hoteles, bares, restaurantes y saunas. Iban “de caza” a los vestíbulos o llamaban a las puertas de las habitaciones de los hoteles, incluso iniciaban sus “ataques” por teléfono. Éstas eran las mejor posicionadas. Las que estaban más abajo en la jerarquía permanecían en las esquinas de las calles, a merced de los clientes y sin ningún tipo de condiciones higiénicas. Los proxenetas les quitan los pasaportes y las trataban como a esclavas o las vendían a burdeles en el extranjero.

La fama de la joven rusa de largas piernas se expandió rápidamente. Muchos hombres de negocios que llegaban a Moscú se convirtieron en verdaderos adictos a ellas. Llegaban la tarde del viernes, cuando las negociaciones se hacían el lunes. 
Y no había nada más que darse un paseo nocturno por la céntrica calle Tverskaya en Moscú para ver donde estaba el mayor y más famoso prostíbulo de la ciudad. Los compañeros de prestigiosas empresas se regalaban entre ellos una visita. ¿Se puede superar este cinismo? 
Tras la prostitución abierta, la oculta conquistó aún más terreno. Me refiero a la prostitución de sustento, es decir, la que consiste en “pescar" un extranjero adinerado, sin importar cuantos años tenga. Entretanto también están en el punto de mira las rusas adineradas, son generosas y tolerantes hasta que hacen un gesto negativo con la mano, lo que realmente no se puede generalizar de los (poco gastadores) alemanes, suizos, austriacos etc.

En aquellos años parecía agradable hacerse secretaria, ser la cara y las piernas de la empresa. Pero también se creó el despectivo término de “secretuta”, a partir de las palabra secretaria y prostituta. El lenguaje popular no podía ser más acertado.

Sin embargo, ahora la situación se ha tranquilizado, los salvajes 90 ya pasaron. Los excesos sexuales se colocan en internet. Entretanto, la televisión también mete baza y emite programas de alcahuetas que usan métodos con los que atraer a hombres de éxito económico. 
Las madres que ven tales programas, envían entonces a sus hijas a los restaurantes donde jóvenes banqueros, brokers y jefes de empresa toman su almuerzo, con la esperanza de que un príncipe de voluminoso coche escoja a su hijita. Con ello estarían resueltos de golpe y porrazo todos los problemas financieros de la familia.
Algo bueno tuvo el cambio para la gente joven, ahora ellos pueden vivir su vida sexual más libremente, sin la necesidad de actas matrimoniales y sin ser hostigados continuamente. El puritanismo forzado desaparece lentamente. Aunque la Iglesia acecha, apoyada por los partidos dominantes, para reprimir de nuevo a la juventud y reglamentar el amor corporal y traer a colación el problema demográfico, como hoja de higuera bíblica.
Adele Sauer es alemana y vive en Rusia desde hace 20 años. Es colaboradora habitual de la versión alemana de RBTH.

lunes, 2 de diciembre de 2013

CyberMonday en Argentina! SOLO POR HOY

¿Qué es el CyberMonday?

El Cyber Monday se trata de una propuesta similar al Black Friday que se realiza en Estados Unidos, en la que un grupo de sitios web ofrece importantes descuentos solo por 1 día. En el caso de Argentina es por HOY, DÍA LUNES 2  DE DICIEMBRE!
Desde las 0 horas empresas como Falabella, LAN, OCA, Sodimac, Sony, Staples, Compumundo, Quiksilver, Garbarino, Musimundo y Walmart, entre otras, son protagonistas del primer Cyber Monday del país.
Cabe destacar que como su nombre lo indica, las ofertas del Cyber Monday son exclusivamente por internet y es parte de un acuerdo elaborado en la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, desde donde prometen que será la “mayor campaña nacional de ventas por internet para Navidad”.

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