Población Rusa:
Con una población en 2008 de 140.702.090 habitantes, Rusia es (después de China, India, Estados Unidos, Indonesia y Brasil) el sexto país más poblado del mundo. No obstante, tanto en el periodo 1995–2005 como en 2008 el crecimiento de la población fue negativo: -3,4% y -0,47%, respectivamente. En el país coexiste una de las mayores variedades de nacionalidades y grupos étnicos del mundo, muchos de los cuales tienen sus propias áreas administrativas.
La densidad de población de Rusia en 2008 era de unos 8 hab/km², aunque su distribución es bastante desigual. La mayor densidad de un área en concreto obedece al potencial agrícola de la tierra, y a los núcleos de población que se concentran en torno a los centros mineros e industriales. La mayor parte de la población se localiza en el llamado “triángulo fértil” cuya base se extiende a lo largo de la frontera occidental, entre el mar Báltico y el mar Negro, continuando hacia el este a través del sur de los Urales, hasta el suroeste de Siberia. Aunque la mayoría de los habitantes siguen estando concentrados en la Rusia europea, se ha producido una emigración sustancial a partir de la II Guerra Mundial (1939-1945), apoyada en todo momento por el gobierno soviético, hacia el sur y el este de Siberia.
En la mayor parte de las zonas rurales de la Rusia europea la densidad de población es de 25 hab/km2; las mayores concentraciones se dan en áreas como el oblast de Moscú. Por otro lado, algo más de un tercio del territorio nacional cuenta con menos de 1 hab/km2, en especial la parte septentrional de la Rusia europea y grandes áreas de Siberia
Con una población en 2008 de 140.702.090 habitantes, Rusia es (después de China, India, Estados Unidos, Indonesia y Brasil) el sexto país más poblado del mundo. No obstante, tanto en el periodo 1995–2005 como en 2008 el crecimiento de la población fue negativo: -3,4% y -0,47%, respectivamente. En el país coexiste una de las mayores variedades de nacionalidades y grupos étnicos del mundo, muchos de los cuales tienen sus propias áreas administrativas.
La densidad de población de Rusia en 2008 era de unos 8 hab/km², aunque su distribución es bastante desigual. La mayor densidad de un área en concreto obedece al potencial agrícola de la tierra, y a los núcleos de población que se concentran en torno a los centros mineros e industriales. La mayor parte de la población se localiza en el llamado “triángulo fértil” cuya base se extiende a lo largo de la frontera occidental, entre el mar Báltico y el mar Negro, continuando hacia el este a través del sur de los Urales, hasta el suroeste de Siberia. Aunque la mayoría de los habitantes siguen estando concentrados en la Rusia europea, se ha producido una emigración sustancial a partir de la II Guerra Mundial (1939-1945), apoyada en todo momento por el gobierno soviético, hacia el sur y el este de Siberia.
En la mayor parte de las zonas rurales de la Rusia europea la densidad de población es de 25 hab/km2; las mayores concentraciones se dan en áreas como el oblast de Moscú. Por otro lado, algo más de un tercio del territorio nacional cuenta con menos de 1 hab/km2, en especial la parte septentrional de la Rusia europea y grandes áreas de Siberia
Más de cien nacionalidades conviven en Rusia, que se convierte así en uno de los mayores estados multiétnicos y plurinacionales del mundo, aunque los rusos constituyen la nacionalidad predominante. En 1991, la población no rusa suponía el 18%; las minorías más destacadas son los tártaros (con el 3,8% del total) y los ucranianos (3%). Otras minorías étnicas (cuyo porcentaje apenas supera el 1% del total de la población) están formadas por bielorrusos, germanos, chuvashios, bashkirios y judíos. El país cuenta con 32 divisiones étnicas repartidas por todo el territorio.
Antiguo imperio que se extendía por el este de Europa, Asia septentrional y occidental, hoy Rusia comprende el territorio que hasta 1991 estuvo dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), establecida tras la Revolución Rusa de 1917. El término Rusia es utilizado para definir la Federación Rusa, que es la más grande y de mayor influencia de las quince antiguas repúblicas que constituían la URSS, además de Estado independiente desde el 25 de diciembre de 1991. En su sentido más estricto, el término Rusia ha sido utilizado a lo largo de la historia para referirse al antiguo Imperio Ruso (o incluso de forma más limitada, para aludir a la tierra de los ‘grandes rusos’, principal núcleo étnico de la actual Federación Rusa). —Las referencias que aparezcan en esta sección sobre Rusia antes de 1917 usarán los términos mencionados más arriba, y a partir del 25 de diciembre de 1991 aludirán a Rusia como Estado independiente.
El Imperio Ruso comprendía en 1914 una extensión total de unos 22 millones de km2, o lo que es lo mismo, aproximadamente un sexto de la superficie del planeta, dividida en cuatro regiones: Rusia, que abarcaba la parte más oriental de Europa, además del Gran Ducado de Finlandia y la mayor parte de Polonia, el Cáucaso, Asia septentrional o Siberia, y el Asia central rusa que se dividía a su vez en la región de las estepas al suroeste, y el Turkestán ruso al sureste.
Origen del pueblo ruso
Durante la era precristiana, el vasto territorio que luego pasó a llamarse Rusia estuvo habitado de forma desigual por grupos de tribus nómadas, muchas de las cuales quedaron reflejadas en los escritos griegos y romanos. La gran región del norte, desconocida y repleta de bosques, estuvo poblada por tribus que luego se conocieron con el nombre colectivo de eslavos, ancestros del moderno pueblo de Rusia. Más importante fue la zona sur, donde la región no bien limitada de Escitia estuvo ocupada por una sucesión de pueblos asiáticos entre los que se encontraban por orden cronológico, los cimerios, los escitas y los sármatas. En este tiempo, los comerciantes y colonos griegos establecieron numerosos asentamientos y centros de comercio, en particular a lo largo de la costa norte del mar Negro y en Crimea.
IVAN EL TERRIBLE
Iván IV el Terrible fue proclamado soberano en 1533, a la edad de tres años; durante su minoría de edad, el Estado estuvo continuamente dividido por los enfrentamientos entre los boyardos (nobles), sobre los que se basó la anterior expansión territorial. En 1547, Iván asumió el trono y se convirtió en el primer gran duque moscovita oficialmente coronado como zar; en este mismo periodo, se casó con Anastasia Románovna, miembro de la familia de los Romanov. Iván se opuso al amplio poder de la antigua nobleza, de la que había recibido varios desaires durante su infancia; en 1549 convocó la primera Zemski Sobor (o Asamblea Nacional) en la que estaban representadas todas las clases de la sociedad rusa, con la sola excepción de los campesinos. Su principal propósito era consolidar su posición autocrática debilitando el poder de los boyardos y de la Iglesia. En diciembre de 1564, como medio de coerción, Iván abandonaba Moscú y anunciaba su abdicación; la presión popular le permitió, en enero, recibir poderes absolutos, tras lo cual continuó en el trono. Entre sus primeras medidas dispuso que la mitad de Moscovia fuera considerada propiedad patrimonial del zar. Este territorio, denominado Oprichnina, pasó a estar bajo control directo de Iván, que lo distribuyó entre sus seguidores como reconocimiento por los servicios personales y militares prestados, con lo que estableció un nuevo grupo social denominado oprichniki. En agradecimiento a las tierras concedidas, los oprichniki actuaron como cuerpo policial al servicio personal de Iván. Los boyardos, intentando defender su posición que veían amenazada por el ascenso de este nuevo grupo dirigente, se levantaron en su contra; tras su derrota Iván deportó a un gran número de ellos y las ejecuciones fueron masivas.
GOBIERNO ROMANOV
En 1552 los ejércitos moscovitas conquistaron y anexionaron el reino tártaro de Kazán, y Astracán pasó a ser territorio ruso en 1556. La pacificación de la frontera sur y oriental facilitó la colonización rusa de los territorios orientales. La zona fronteriza de Moscovia fue ocupada poco a poco por belicosos aventureros conocidos como cosacos, muchos de los cuales eran labradores exiliados. Se concentraron en la cuenca del Don y alrededor del cauce bajo del Volga aunque algunos se dirigieron hacia el norte; en 1581, el hetman (capitán) cosaco Yermak Timoféievich encabezó una expedición financiada por la rica familia de los Stroganov hacia el este, cruzando los Urales. Iván, en un principio, advirtió a Yermak que no soliviantase a las tribus salvajes del área, pero cuando, en 1581, éste puso bajo dominio ruso toda la cuenca del río Obi le perdonó, comenzando así la conquista de Siberia. Al oeste, Iván reunió sus fuerzas en el Báltico y, durante un tiempo, logró someter Livonia; no obstante, en el momento de su muerte, ya había perdido todas sus conquistas occidentales. Iván cerró numerosos tratos comerciales con Inglaterra y reunió a un elevado número de expertos occidentales en tecnología y comercio exterior, una práctica que ha pervivido a lo largo de la historia de la monarquía rusa. Aunque ha sido conocido como Iván el Terrible por sus crueldades y excesos durante los últimos años de su reinado, también es cierto que fortaleció el Estado y estableció las bases del gobierno supremo de los zares.
Aunque el descontento social fue la principal característica de la “Edad de los disturbios”, no se emprendieron verdaderas reformas. La principal consecuencia de este periodo de caos fue la ruina de la antigua nobleza de los boyardos, cuyo papel en el gobierno fue realizado por otra nueva clase nobiliaria, aunque sin alcanzar la preponderancia de la primera.
Bajo los primeros Romanov —esto es, Miguel y su hijo Alejo Mijáilovich Romanov, proclamado zar en 1645— las nuevas leyes otorgaron a los nobles propietarios de tierras un mayor poder sobre sus siervos. El código adoptado en 1649, únicamente hizo que aumentara el número de campesinos que huían de la servidumbre de la gleba y se instalaran en los asentamientos cosacos a lo largo del curso bajo del Volga, el Dniéper y el Don. En 1670 bajo la dirección del cosaco del Don, Stenka Rasin, comenzó una gran revuelta agraria en el sureste de Rusia, que un año más tarde sería sofocada no sin grandes dificultades por las tropas del zar. Esta primera y gran revuelta de campesinos estableció un precedente para los levantamientos que más tarde vendrían protagonizados por la gleba, que encauzó su odio hacia la nueva nobleza señorial, más que hacia el mismo zar.
Rusia, mientras tanto, se convertía en un Estado más europeo, y en los centros urbanos se hacían sentir las influencias de la Europa occidental que ponían fin al aislamiento provocado por las invasiones de los mongoles. Este cambio en las actitudes y formas de vida requería establecer una reconciliación cultural con los antiguos territorios recuperados a Polonia y Lituania. En 1654, los cosacos de Ucrania se rebelaron contra el control polaco y ofrecieron su apoyo al zar Alejo. En la consiguiente guerra con Polonia (1654-1667), Rusia salió vencedora y pudo así recuperar Smolensk (perdido en 1611), Kíev y el resto del este de Ucrania. La reincorporación de Ucrania aceleró las reformas del ritual de la Iglesia rusa; Ucrania era un distrito del patriarcado de Constantinopla y con el fin de garantizar su plena integración en la Rusia occidental, la Iglesia ucraniana fue inducida a aceptar al patriarca de Moscú. El patriarca de Rusia, Nikón (1652-1658), introdujo reformas en el ritual ruso que provocaron un cisma, ya que muchos de los clérigos y creyentes rusos se negaron a abandonar sus ceremonias de tradición centenaria. Según el Concilio de 1667, los disidentes tradicionalistas (o raskolniki) fueron declarados cismáticos. Así, millones de los considerados ‘viejos creyentes’ se vieron excluidos de la participación en la vida rusa.
Alejo fue sucedido por su hijo, Fiódor III, bajo cuya dirección, Rusia llevó a buen término su primera guerra contra el Imperio otomano. Tras la muerte de Fiódor en 1682, su hermano Pedro I el Grande fue proclamado zar, pero su hermana mayor, Sofía Alexeievna, ocupó el trono en nombre de su otro hermano, Iván V el Hechizado a quien declaró incompetente para gobernar, haciéndose ella con el poder. Tras un intento fallido de privar a Pedro de sus derechos al trono y de asesinarlo junto a su madre, Sofía fue obligada a abandonar el poder en 1689.
NICOLAS II EL ULTIMO ZAR
Nicolás II ascendió al trono en 1894. Aunque bien intencionado, fue un gobernante débil fácilmente dominado por otros y un firme creyente en los principios autocráticos enseñados por su padre. Su esposa Alejandra le dio cuatro hijas y un hijo, Alejo, quien padecía hemofilia. En sus vanos intentos por encontrar cura para su hijo, Nicolás y Alejandra acudieron a curanderos y fanáticos religiosos, entre los que destacó el monje siberiano Grígori Yefímovich Rasputín.
La autocracia, la opresión y el control policial crecieron aún más bajo el mandato de Nicolás II y aumentó el número de acciones terroristas. Algunos dirigentes revolucionarios exiliados, como Lenin, dirigieron el movimiento socialista. En cuanto a la política exterior, los intereses rusos en Manchuria chocaron con el Imperio Japonés en expansión, estallando la guerra en febrero de 1904.
REVOLUCION RUSA
Revolución Rusa, conjunto de acontecimientos que tuvieron lugar en la Rusia imperial y culminaron en 1917 con la proclamación de un Estado soviético, denominado desde 1922 Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El término Revolución Rusa hace referencia a las dos revoluciones que triunfaron en 1917. La primera, que comenzó con la rebelión ocurrida entre el 8 y el 12 de marzo de 1917 (del 23 al 27 de febrero del calendario juliano, empleado entonces en Rusia), derrocó a la monarquía autocrática imperial; suele ser denominada Revolución de febrero. La segunda, que se inició con una insurrección armada el 6 y 7 de noviembre (24 y 25 de octubre), fue organizada por el partido bolchevique en contra del Gobierno Provisional instaurado tras la primera fase revolucionaria y operó una transformación en las relaciones económicas, políticas y sociales de la sociedad rusa; se denomina Revolución Bolchevique o Revolución de Octubre. (El calendario gregoriano fue adoptado por el gobierno soviético el 31 de enero de 1918; todas las fechas que aparecen en el artículo corresponden al nuevo calendario).
RUSIA DESPUES DE LA INDEPENDENCIA
Poco después de la disolución de la URSS en 1991, surgió la lucha por el poder entre las fuerzas conservadoras y reformistas. El presidente Borís Yeltsin, elegido en junio de 1991 por sufragio popular, recibió poderes absolutos otorgados por el Congreso de Diputados, uno de los dos cuerpos legislativos que estableció la Constitución soviética de 1978. Yeltsin utilizó sus poderes para iniciar un programa de nuevas reformas económicas y establecer una serie de nombramientos regionales para someter las asambleas legislativas locales, dominadas por los neocomunistas. Los conservadores dirigidos por el presidente del Soviet Supremo Ruslan Jasbulátov intentaron minar los poderes de Yeltsin tras una campaña de reforma económica radical a principios de 1992. En diciembre del mismo año, en una asamblea del Congreso de Diputados, el primer ministro en funciones Yegor Gaidar (1992), artífice del plan gubernamental de reformas económicas, fue sustituido por Víktor Chernomirdin, antiguo miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y ministro de Industria del Gas, en la antigua URSS. El Congreso de Diputados también rescindió algunos de los poderes otorgados a Yeltsin, entre los que se encontraba el control sobre los administradores locales. En ese mismo mes, el Tribunal Constitucional desautorizó la prohibición del PCUS llevada a efecto por Yeltsin, el cual protestó por la reducción de sus poderes; se alcanzó un acuerdo con el Congreso de Diputados a finales de 1992 para llevar a cabo unas elecciones que permitieran elaborar una nueva constitución. Los conservadores se opusieron a la celebración de unas nuevas elecciones, mientras que el 20 de marzo de 1993 Yeltsin formaba un nuevo gobierno de emergencia. Este anuncio fue desaprobado por el presidente del Tribunal Constitucional Valeri Zorkin, por Jasbulátov y por el vicepresidente Alexandr Rutskói, entre otros. Poco después, ambos bandos modificaron sus posiciones: Yeltsin anuló su gobierno de emergencia y los conservadores permitieron que se celebraran las votaciones el 25 de abril de 1993.
Yeltsin consiguió una abrumadora victoria en las urnas, pero las elecciones no consiguieron resolver el problema de la lucha por el poder. En septiembre de 1993, Yeltsin expulsó a Rutskói de la vicepresidencia por escándalos de corrupción, a pesar de las protestas del Parlamento. En ese mismo mes, el presidente decretó la disolución del Parlamento debido a la resistencia de los diputados conservadores a trabajar en la formación de una Asamblea Constituyente. El Parlamento respondió, denunciando las acciones de Yeltsin por inconstitucionales y declarando presidente a Rutskói. Cerca de cien diputados y otros tantos seguidores armados dirigidos por Jasbulátov y Rutskói ocuparon el edificio del Parlamento, también conocido como Casa Blanca. El estancamiento de las negociaciones entre el gobierno y los rebeldes duró varios días, aunque quedó roto cuando los rebeldes consiguieron asaltar el ayuntamiento de Moscú y el edificio central de la televisión. El gobierno respondió entonces con el bombardeo del edificio del Parlamento, arrestando a sus ocupantes; más de 140 personas murieron en aquella rebelión, dispersada por las fuerzas del orden. El 4 de octubre de 1993, Rutskói y Jasbulátov fueron hechos prisioneros y acusados de haber incitado al desorden público.
No obstante, la victoria de Yeltsin sobre los conservadores duró poco. Las elecciones de diciembre de 1993 permitieron un inesperado éxito de los partidos nacionalistas y comunistas, en especial del Partido Liberal Democrático, encabezado por Vladímir Zhirinovsky. En febrero de 1994, la nueva Duma anuló los cargos que había pendientes sobre Rutskói y Jasbulátov por las acciones de octubre de 1993, además de garantizar la amnistía a los organizadores del golpe de Estado de agosto de 1991, contra el dirigente soviético Mijaíl Gorbachov. Yeltsin respondió a los objetivos de los ultraconservadores convocando unas nuevas elecciones con el fin de mantener la presidencia al margen de los reaccionarios.
En las elecciones legislativas celebradas en diciembre de 1995 —consideradas un ensayo para las presidenciales de 1996— los comunistas, encabezados por Guennadi Ziugánov, se consolidaron como la primera fuerza de la Duma, lo que significó un nuevo revés para Yeltsin y puso de manifiesto el rechazo popular a su política. Por otro lado, la descomposición de la sociedad rusa ha permitido el aumento de organizaciones mafiosas que tienen una mayor presencia en la economía rusa.
Yeltsin se presentó a las elecciones presidenciales del 16 de junio de 1996, teniendo como principal oponente al candidato comunista Guennadi Ziugánov. Yeltsin resultó elegido, con lo que se convirtió en el primer presidente democrático de Rusia, tras superar en la segunda vuelta a Ziugánov. En enero de 1997, hubo de asistir a la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) para evitar su destitución, propuesta por la oposición alegando para ello motivos de salud. Dos meses más tarde, realizó una profunda reorganización del Consejo de Ministros, introduciendo como viceprimeros ministros a Anatoli Chubáis, encargado de impulsar una nueva reforma económica, y a Borís Nemtsov, aunque manteniendo a Chernomirdin como primer ministro.
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