lunes, 23 de enero de 2012

Rusia y el petroleo

Rusia es el segundo productor mundial de petróleo tras Arabia Saudí. El peso específico del sector petrolífero en la economía rusa es enorme, ya que representa el 8% del PIB (el 25% según estimaciones del Banco Mundial), más del 50% del valor de las exportaciones, y entre el 25-30% de los ingresos del presupuesto federal. Se estima que las reservas rusas de petróleo se sitúan en torno al 4,5% de las reservas mundiales. El transporte de petróleo se articula por medio de un monopolio estatal, a través de la compañía Transneft, titular de la red de oleoductos a nivel federal. El actual sistema tiene una longitud de 46.700 km. El régimen de exportación no es totalmente libre, sino que está sujeto a unos aranceles de exportación y a una serie de barreras administrativas -como el acceso al sistema de oleoductos- que permite al Gobierno regular el tráfico con gran efectividad y asegurarse unos importantes ingresos fiscales.
La Federación Rusa, además es el primer productor mundial de gas natural, posee un 27,8% de las reservas mundiales probadas (unos 47.572 millones de m³). Un cuarto de la producción de gas en el mercado mundial corresponde al gas ruso. Dichas reservas son suficientes para mantener la producción a los niveles actuales durante los próximos 80 años. Son los enormes beneficios procedentes de las exportaciones a Europa los que permiten que el grupo obtenga beneficios como tal y pueda financiar su maquinaria dentro de Rusia.
El sector eléctrico en Rusia es el mayor de Europa y el cuarto mayor del mundo, después de EE.UU., China y Japón. El total de electricidad producida en 2005 fue de 958.789 miles de millones de kWh.
La parte europea de Rusia depende principalmente de fuentes fósiles, siendo el gas la principal fuente, mientras que en los territorios de Siberia y Lejano Oriente dependen en mayor medida del carbón. La electricidad de origen nuclear se genera en las regiones Norte y Central de Rusia. La red eléctrica rusa se enfrenta con problemas de obsolescencia, mal estado de conservación, atraso tecnológico e impago de millones de consumidores. La reforma del sector persigue privatizar una serie de activos e introducir un mercado mayorista energético. Se ha planteado firmar acuerdos con otras empresas inversoras extranjeras con el fin de buscar la mejora en la eficiencia de la generación eléctrica.
La producción de maquinaria es una de las industrias más importantes rusas. Aproximadamente un 23% del total de la industria rusa pertenece a este sector.
La cifra media de empleados en este sector fue de 4,2 millones en el año 2004. Esta cifra es la mitad de los empleados diez años antes, lo que da cuenta de su gran pérdida de importancia. En general la producción ha decaído en los últimos 10 años en todas las ramas del sector, aunque a partir del año 2000 se aprecia un incremento en la producción de maquinaria agrícola, maquinaria ligera y elementos de transporte (aumentó en un 20% en 2004).
Debido a la devaluación del rublo en 1998, se redujo la importación de maquinaria extranjera y aumentó la producción para el mercado interior y otros países de la CEI. Éste es uno de los sectores de la economía moderna que actúa como motor del resto de sectores. El 80% de la maquinaria agrícola se lleva usando durante más de 20 años. Para modernizar su flota se estima que Rusia debería comprar maquinaria por valor de 3.220 millones de dólares.

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