viernes, 29 de junio de 2012

Vídeos: "20 años sin la URSS" CRONOLOGIA ULTIMOS AÑOS



Crisis financiera rusa

El 17 de agosto de 1998, Rusia declara el cese de pagos de su deuda y el de los bonos estatales y privados. La devaluación de la moneda nacional es seguida por la pérdida de un 70% del valor del rublo en un mes.

Yeltsin dimite, llega Putin

En el mediodía del 31 de diciembre de 1999, Boris Yeltsin se dirige el país y presenta su dimisión anticipada a la presidencia de Rusia. Yeltsin pide perdón a los rusos y designa a Vladimir Putin como presidente en funciones. Tres meses después, Putin gana las elecciones por una mayoría abrumadora

Sochi, sede de las Olimpiadas de invierno de 2014

El 5 de julio de 2005, la ciudad rusa de Sochi es designada anfitriona de las Olimpiadas de invierno de 2014. Antes de la votación, Putin promete a los miembros del Comité Olímpico Internacional que habrá nieve en la ciudad balneario a orillas del Mar Negro. Sochi obtiene 51 votos, frente a los 47 a favor de Pyongchang, Corea del Sur. Tras el triunfo, Rusia entra en la carrera por otros grandes eventos deportivos: el Mundial de Fútbol de 2018, el Campeonato Mundial de Atletismo, eventos de hockey y un GP de Fórmula 1.

Explosiones en el transporte de Moscú

El 24 de enero de 2011, una explosión destruye la zona de llegadas del aeropuerto Domodedovo de Moscú y mata a 37 personas. El jefe rebelde checheno Doku Umarov asegura que él ordenó el ataque. Nueve meses antes, dos explosiones en el metro de Moscú en hora punta matan a 49 personas.


Video: 20 años sin la URSS, Суть времени: 20 лет без СССР. Пейзаж после битвы



20 años sin la URSS HISTORICO
La desaparición de la Unión Soviética es una de las tres cuestiones clave que explican nuestra realidad en el siglo XXI. Las otras dos son el fortalecimiento chino y el inicio de la decadencia norteamericana. La disolución de la URSS se precipitó en el clima de crisis y enfrentamientos que se apoderaron de la vida soviética en los últimos años del gobierno de Gorbachov, quien aunque encabezó un inaplazable proceso de renovación (en su inicio, reclamando el retorno al leninismo), impulsó una desastrosa gestión de gobierno y una torpe acción política que agravó la crisis y facilitó la acción de los opositores al sistema socialista. Las disputas entre Yeltsin y Gorbachov, el premeditado y precipitado desmantelamiento de las estructuras soviéticas y de la organización del Partido Comunista fueron acompañadas de reivindicaciones nacionalistas, que se iniciaron en Armenia y se extendieron como una mancha de aceite por otras repúblicas de la Unión, mientras la crisis económica se agravaba, los abastecimientos escaseaban y los lazos económicos entre las diferentes partes de la Unión empezaban a resentirse. Los problemas a los que se enfrentaba Gorbachov eran muchos, y su gestión los empeoró: la aspiración a una mayor libertad, frente al autoritarismo soviético, y un explosivo cóctel de malas cosechas, inflación desbocada, caída de la producción industrial, desabastecimiento de alimentos y medicinas, escasez de materias primas, una reforma monetaria impulsada por el incompetente Valentín Pávlov en enero de 1991, junto con las ambiciones personales de muchos dirigentes políticos, además de los desajustes de la economía socialista y del encaje de la nueva economía privada, aumentaron el malestar de la población.

En mayo de 1990, Yeltsin se había convertido en presidente del parlamento (Sóviet supremo) de la Federación Rusa anunciando el propósito de declarar la soberanía de la república rusa, contribuyendo así al aumento de la tensión y de las presiones rupturistas que ya enarbolaban los dirigentes de las repúblicas bálticas. Poco después, en junio de 1990, el congreso de diputados ruso aprobó una “declaración de soberanía”, que proclamaba la supremacía de las leyes rusas sobre las soviéticas. Era un torpedo en la línea de flotación del gran buque soviético. Sorprendentemente, la declaración fue aprobada por 907 diputados a favor y sólo 13 votaron en contra. El 16 de junio, el parlamento ruso, a propuesta de Yeltsin, anuló la función dirigente del Partido Comunista. Egor Ligachov, uno de los dirigentes contrarios a Yeltsin y a la deriva de Gorbachov, declaraba que el proceso que se estaba siguiendo era muy peligroso y llevaba al “desmoronamiento de la URSS”. Eran palabras proféticas. Yeltsin, ya liquidada la Unión, convirtió en 1992 esa fecha en fiesta nacional rusa, mientras que, con justicia, los comunistas la consideran hoy un “día negro” para el país.
Las tensiones nacionalistas jugaron un importante papel en la destrucción de la URSS; a veces, con oscuras operaciones que la historiografía aún no ha abordado con rigor. Un ejemplo puede bastar: el 13 de enero de 1991 hubo una matanza ante la torre de la televisión en Vilna, la capital lituana. Trece civiles y un militar del KGB resultaron muertos, y la prensa internacional tildó lo ocurrido de “brutal represión soviética”, como titularon muchos periódicos. El presidente norteamericano, George Bush, criticó la actuación de Moscú, y Francia y Alemania, así como la OTAN, pronunciaron duras palabras de condena: el mundo quedó horrorizado por la violencia extrema del gobierno soviético, enfrentado al gobierno nacionalista lituano que controlaba en ese momento el Sajudis, dirigido por Vytautas Landsbergis. Siete días después, el 20 de enero, una masiva manifestación en Moscú exigía la dimisión de Gorbachov, mientras Yeltsin le acusaba de incitar los odios nacionalistas, acusación a todas luces falsa. Una oleada de protestas contra Gorbachov y el PCUS, y en solidaridad con los gobiernos nacionalistas del Báltico, sacudió muchas ciudades de la Unión Soviética.
Sin embargo, ahora sabemos que, por ejemplo, Audrius Butkevičius, miembro del Sajudis y responsable de seguridad en el gobierno nacionalista lituano, y después ministro de Defensa, se ha pavoneado ante la prensa de su papel en la preparación de esos acontecimientos, forzados con el objetivo de desprestigiar al Ejército soviético y al KGB: ha llegado a reconocer que sabía que se producirían víctimas ese día ante la torre de la televisión, y sabemos también ahora que los muertos fueron alcanzados por francotiradores apostados en los tejados de los edificios y que no recibieron disparos desde una trayectoria horizontal, como correspondería si hubieran sido atacados por las tropas soviéticas que estaban ante la entrada de la torre de televisión. Butkevičius reconoció años después de los hechos que miembros del DPT (Departamento de Protección del Territorio, el embrión del ejército creado por el gobierno nacionalista) apostados en la torre de la televisión, dispararon a la calle. No se trata de desarrollar una teoría conspiratoria de la caída de la URSS, pero las provocaciones y los planes desestabilizadores existieron. También las tensiones nacionalistas, por lo que esas provocaciones actuaron sobre un terreno abonado, excitando la pasión y los enfrentamientos.
En marzo de 1991 tuvo lugar el referéndum sobre la conservación de la URSS, en ese clima de pasiones nacionalistas. Los gobiernos de seis repúblicas se negaron a organizar la consulta (las tres bálticas, que ya habían declarado su independencia, aunque no era efectiva; y Armenia, Georgia y Moldavia), pese a lo cual el ochenta por ciento de los votantes soviéticos participaron, y los resultados dieron unos porcentajes del 76’4 de partidarios de la conservación y del 21’4 que votaron negativamente, cifras que incluyen las repúblicas donde el referéndum no se convocó. El aplastante resultado favorable al mantenimiento de la URSS fue ignorado por las fuerzas que trabajaban por la ruptura: por los nacionalistas y por los “reformadores”, que ya controlaban buena parte de las estructuras de poder, como las instituciones rusas. Yeltsin, como presidente del parlamento ruso, desarrollaba un doble juego: no se oponía públicamente al mantenimiento de la Unión, pero conspiraba activamente con otras repúblicas para destruirla. De hecho, una de las razones, si no la más importante, de la convocatoria del referéndum de marzo de 1991 fue el intento del gobierno central de Gorbachov de limitar la voracidad de los círculos de poder de algunas repúblicas y, sobre todo, de frenar la alocada carrera de Yeltsin hacia el fortalecimiento de su propio poder, para lo que necesitaba la destrucción del poder central representado por Gorbachov y el gobierno soviético. Sin olvidar que, en el clima de confusión y descontento, la demagogia de Yeltsin consiguió muchos seguidores.
Así, antes del intento de golpe de Estado del verano de 1991, Yeltsin reconoció en julio la independencia de Lituania, en una clara provocación al gobierno soviético que Gorbachov fue incapaz de responder. Los dirigentes de las repúblicas querían consolidar su poder, sin tener que dar cuentas al centro federal, y para eso necesitaban la ruptura de la Unión Soviética. Un sector de los partidarios del mantenimiento de la URSS facilitó con su torpeza el avance de las posiciones de la tácita coalición entre nacionalistas y “reformadores” liberales, que recibían, además, el apoyo de los partidarios del sector de economía privada que prosperó bajo Gorbachov, e incluso del mundo de la delincuencia, que olfateaba la posibilidad de conseguir magníficos negocios, por no hablar de los dirigentes del PCUS, como Alexander Yakovlev, que trabajaban activamente para destruir el partido. La víspera del día fijado para la firma del nuevo tratado de la Unión, los golpistas irrumpieron con un denominado Comité estatal para la situación de emergencia en la URSS. El comité contaba con el vicepresidente Guennadi Yanáev, el primer ministro Pávlov; el ministro de Defensa, Yázov; el presidente del KGB, Kriuchkov, el ministro del Interior, Boris Pugo, y otros dirigentes, como Baklánov, y Tiziakov. El fracaso del golpe de agosto de 1991, impulsado por sectores del PCUS contrarios a la política de Gorbachov, sirvió de detonante para la contrarrevolución y alentó a las fuerzas que propugnaban, sin formularlo todavía, la disolución de la URSS.
La improvisación de los golpistas, pese a contar con el responsable del KGB y del ministro de Defensa, llegó al extremo de anunciar el golpe ¡antes de poner en movimiento las tropas que supuestamente les apoyaban!; ni siquiera cerraron los aeropuertos ni tomaron los medios de comunicación, ni detuvieron a Yeltsin y otros dirigentes reformistas, y la prensa internacional pudo moverse a su antojo. Los servicios secretos norteamericanos confirmaron la increíble improvisación del golpe, y la ausencia de importantes movimientos de tropas que pudiesen apoyarlo. De hecho, la desaforada torpeza de los golpistas se convirtió en la principal baza de los sectores anticomunistas que acabaron con la URSS: aunque pretendiesen lo contrario, su acción, como la de Gorbachov, facilitó el camino a los partidarios de la restauración capitalista.

Tras el fracaso del golpe, Yeltsin volvió a adelantarse: el 24 de agosto reconocía la independencia de Estonia y Letonia. Y no fue sólo Yeltsin quien inició los pasos para la prohibición del comunismo: también Gorbachov, incapaz de hacer frente a las presiones de la derecha. El 24 de agosto de 1991, Gorbachov anunciaba su dimisión como secretario general del PCUS, la disolución del comité central del partido, y la prohibición de la actividad de las células comunistas en el ejército, en el KGB, en el ministerio del interior, así como la confiscación de todas sus propiedades. El PCUS quedaba sin organización ni recursos. No había frenos para la revancha anticomunista. Yeltsin ya había prohibido todos los periódicos y publicaciones comunistas. La debilidad de Gorbachov era ya evidente, hasta el punto de que Yeltsin, presidente de la república rusa, era capaz de imponer ministros de su confianza al propio presidente soviético en los ministerios de Defensa e Interior, claves en la crítica situación del momento. Yeltsin ya había prohibido al PCUS en Rusia e incautado sus archivos (de hecho, esos archivos eran los centrales del partido comunista), y otras repúblicas lo imitaron (Moldavia, Estonia, Letonia y Lituania se apresuraron a prohibir el partido comunista y pedir a Estados Unidos apoyo para su independencia), mientras el “reformista” alcalde de Moscú incautaba y sellaba los edificios comunistas en la capital. Por su parte, Kravchuk anunciaba el 24 de agosto su abandono de sus cargos en el PCUS y en el Partido Comunista de Ucrania. Yeltsin, que contaba con un importante apoyo social, se abstenía cuidadosamente de revelar su propósito de restaurar el capitalismo.
La desenfrenada carrera hacia el desastre siguió durante los meses finales de 1991. El referéndum celebrado en Ucrania el 1 de diciembre de 1991, contaba con el control del aparato de Kravchuk, el hasta hacía unos meses secretario comunista de la república, reconvertido en nacionalista, adalid de la independencia ucraniana. Tras el resultado, al día siguiente, Kravchuk anunció su negativa a firmar el Tratado de la Unión con el resto de repúblicas soviéticas. Kravchuk era el prototipo del perfecto oportunista, presto a adoptar cualquier ideología para conservar su papel: en agosto de 1991, con el intento de golpe contra Gorbachov, no dejó clara su posición, ni apoyó a Yeltsin ni a Gorbachov, pero tras el fracaso adoptó una posición nacionalista, abandonó el partido comunista, y se lanzó a reclamar la independencia de Ucrania. Era un profesional del poder, que intuyó los acontecimientos, y, si había sido elegido presidente del parlamento ucraniano en 1990 por los diputados comunistas, tras el fracaso del golpe, abandonó las filas comunistas. Así, todo se precipitaba. Si unos meses antes, el 17 de marzo de 1991, la población ucraniana había respaldado mayoritariamente la conservación de la URSS (un 83 % votó a favor, y apenas un 16 % en contra) la masiva campaña del poder controlado por Kravchuk consiguió el milagro de que, ocho meses después, la población ucraniana respaldase la declaración de independencia del parlamento por un 90 %, con una participación del 84 %.
Yeltsin anunció, como pretexto, que si Ucrania no firmaba el nuevo tratado de la Unión, tampoco lo haría Rusia: era la voladura descontrolada de la URSS. Detrás, había un activo trabajo occidental: dos días después del referéndum ucraniano del día 1 de diciembre, Kravchuk hablaba con Bush sobre el reconocimiento norteamericano de la independencia: aunque Washington mantenía la cautela oficial para no enturbiar las relaciones con Moscú, su diplomacia y sus servicios secretos trabajaban esforzadamente apoyando a las fuerzas rupturistas. También Hungría y Polonia, convertidos ya en países satélites de Washington, reconocieron a Ucrania. Yeltsin hizo lo propio, lanzado ya a la destrucción de la URSS. De inmediato, se puso en marcha el plan para disolver la Unión Soviética, en una operación protagonizada por Yeltsin, Kravchuk y el bielorruso Shushkévich el 8 de diciembre de 1991, que se reunieron en la residencia de Viskulí, en la reserva natural de Belovézhskaya Puscha, de Bielorrusia, donde proclamaron la disolución de la URSS y se apresuraron a informar a George Bush para obtener su aprobación. Faltan muchos aspectos por investigar de esa operación, aunque los protagonistas que viven, como Shushkévich, insisten en que no estaba preparada de antemano la disolución de la URSS y que fue decidida sobre la marcha. El presidente bielorruso fue el encargado de informar del acuerdo a un Gorbachov impotente y superado por los acontecimientos, que sabía que iba a celebrarse la reunión de Viskulí, y le hizo partícipe, además, de que a George Bush le había gustado la decisión. La rápida sucesión de acontecimientos, con la firma en Alma-Ata, el 21 de diciembre, por parte de once repúblicas soviéticas del acta de creación de la CEI y la dimisión de Gorbachov cuatro días después, con la simbólica retirada de la bandera roja soviética del Kremlin, marcaron el final de la Unión Soviética.
En una disparatada carrera de reclamaciones nacionalistas, muchas fuerzas políticas que habían crecido al amparo de la perestroika reclamaban soberanía e independencia, argumentando que su república iniciaría un nuevo camino de prosperidad y progreso, sin las supuestas hipotecas que comportaba la pertenencia a la Unión Soviética. Desde el Cáucaso hasta las repúblicas bálticas, pasando por Ucrania, Bielorrusia y Moldavia, con la excepción de las repúblicas centroasiáticas, la mayoría de los protagonistas del momento se apresuraron a romper los lazos soviéticos… para apoderarse del poder en sus repúblicas. Una alianza tácita entre sectores nacionalistas y liberales (que supuestamente iban a alumbrar la libertad y la prosperidad), viejos disidentes, altos funcionarios del Estado y directores de fábricas y combinados industriales, oportunistas del PCUS, dirigentes comunistas reconvertidos a toda prisa para mantener su estatus (Yeltsin ya lo había hecho, y le siguieron Yakovlev, Kravchuk, Shushkévich, Nazarbáyev, Aliev, Shevardnadze, Karimov, etc), sectores comunistas desorientados, y ambiciosos jefes militares dispuestos a todo, incluso a traicionar sus juramentos, para mantenerse en el escalafón o para dirigir los ejércitos de cada república, confluyeron en el esfuerzo de demolición de la URSS.
Con todo el poder en sus manos, y con el partido comunista desarticulado y prohibido, Yeltsin y los dirigentes de las repúblicas se lanzaron al cobro del botín, a la privatización salvaje, al robo de la propiedad pública. No hubo freno. Después, para aplastar la resistencia por la deriva capitalista, llegaría el golpe de Estado de Yeltsin en 1993, inaugurando la vía militar al capitalismo, la sangrienta matanza en las calles de Moscú, el bombardeo del Parlamento (algo inaudito en la Europa posterior a 1945, que horrorizó al mundo pero que fue apoyado por los gobiernos de Washington, París, Berlín y Londres), y, finalmente, la manipulación y el robo de las elecciones de 1996 en Rusia, que fueron ganadas por el candidato del Partido Comunista, Guennadi Ziuganov.
La destrucción de la URSS convirtió a millones de personas en pobres, destruyó la industria soviética, desarticuló por completo la compleja red científica del país, arrasó la sanidad y la educación públicas, y llevó al estallido de guerras civiles en distintas repúblicas, muchas de las cuales cayeron en manos de sátrapas y dictadores. Es cierto que existía una evidente insatisfacción entre una parte importante de la población soviética, que hundía sus raíces en los años de la represión stalinista y que se agudizó por el obsesivo control de la población, y, aún más, por la desorganización progresiva y la falta de alimentos y suministros que caracterizó los últimos años bajo Gorbachov, pero la disolución empeoró todos los males. Esa parte de la población estaba predispuesta a creer incluso las mentiras que recorrían la URSS, recogidas a veces de los medios de comunicación occidentales.

En los análisis y en la historiografía que se ha ido construyendo en estos veinte años, ha sido un lugar común interrogarse sobre las razones de la falta de respuesta del pueblo soviético ante la disolución de la URSS. Veinte años después, la visión de conjunto es más clara: la agudización de la crisis paralizó buena parte de las energías del país, las disputas nacionalistas situaron el debate en las supuestas ventajas de la disolución de la Unión (¡todas las repúblicas, incluso la rusa, o, al menos sus dirigentes, proclamaban que el resto se aprovechaba de sus recursos, fuesen los que fuesen, agrícolas o mineros, industriales o de servicios, y que la separación supondría la superación de la crisis y el inicio de una nueva prosperidad!), y la ambición política de muchos dirigentes (nuevos o viejos) pasaba por la creación de nuevos centros de poder, nuevas repúblicas. Además, nadie podía organizar la resistencia porque los principales dirigentes del Estado encabezaban la operación de desmantelamiento, por activa, como Yeltsin, o por pasiva, como Gorbachov, y el partido comunista había sido prohibido y sus organizaciones desmanteladas. El PCUS se había confundido durante años con la estructura del Estado, y esa condición le daba fuerza, pero también debilidad: cuando fue prohibido, sus millones de militantes quedaron huérfanos, sin iniciativa, muchos de ellos expectantes e impotentes ante los rápidos cambios que se sucedían.

En el pasado, esos dirigentes oportunistas (como Yeltsin, Aliev, Nazarbáyev, presidente de Kazajastán desde la desaparición de la URSS, cuya dictadura acaba de prohibir la actividad del nuevo Partido Comunista Kazajo) tenían que actuar en un marco de partido único en la URSS y bajo unas leyes y una constitución que les forzaban a desarrollar una política favorable a los intereses populares. El colapso de la Unión mostró su verdadero carácter, convirtiéndose en los protagonistas del saqueo de la propiedad pública, y configurando regímenes represivos, dictatoriales y populistas… que recibieron la inmediata comprensión de los países capitalistas occidentales. En una siniestra ironía, los dirigentes que protagonizaron el mayor robo de la historia eran presentados por la prensa rusa y occidental como “progresistas” y “renovadores”, mientras que quienes pretendían salvar la URSS y mantener las conquistas sociales de la población eran presentados como “conservadores” e “inmovilistas”. Esos progresistas se lanzarían después a una desenfrenada rapiña de la propiedad pública, robando a manos llenas, porque los “libertadores” y “progresistas” iban a pilotar la mayor estafa de la historia y una matanza de dimensiones aterradoras, no sólo por el bombardeo del Parlamento, sino porque esa operación de ingeniería social, la privatización salvaje, ha causado la muerte de millones de personas.

Un aspecto secundario para el asunto que nos ocupa, pero relevante por sus implicaciones para el futuro, es la cuestión de quién ganó con la desaparición de la URSS. Desde luego, no lo hizo la población soviética, que, veinte años después, sigue por debajo de los niveles de vida que había alcanzado con la URSS. Tres ejemplos bastarán: Rusia tenía ciento cincuenta millones de habitantes, y ahora apenas tiene ciento cuarenta y dos; Lituania, que contaba en 1991 con tres millones setecientos mil habitantes, apenas alcanza ahora los dos millones y medio. Ucrania, que alcanzaba los cincuenta millones, hoy apenas tiene cuarenta y cinco. Además de los millones de muertos, la esperanza de vida ha retrocedido en todas las repúblicas. La desaparición de la URSS fue una catástrofe para la población, que cayó en manos de delincuentes, de sátrapas, de ladrones, muchos de ellos reconvertidos ahora en “respetables empresarios y políticos”. Estados Unidos se apresuró a cantar victoria, y todo parecía indicar que había sido así: su principal oponente ideológico y estratégico había dejado de existir. Pero, si Washington ganó entonces, su desastrosa gestión de un mundo unipolar dio inicio a su propia crisis: su decadencia, aunque relativa, es un hecho, y su repliegue militar en el mundo se acentuará, pese a los deseos de sus gobernantes.
Veinte años después, la Unión Soviética sigue presente en la memoria de los ciudadanos, tanto entre los veteranos como entre las nuevas generaciones. Olga Onóiko, una joven escritora de veintiséis años que ha ganado el prestigioso premio Debut, afirmaba (con una ingenuidad que también revela la conciencia de una gran pérdida) hace unos meses: “la Unión Soviética se aparece en mi mente como un país grande y hermoso, un país soleado y festivo, el país de ensueño de mi infancia, con un claro cielo azul y banderas rojas ondeando”. Por su parte, Irina Antónova, una excepcional mujer de ochenta y nueve años, directora en ejercicio del célebre Museo Pushkin de Moscú, añadía: “La época de Stalin fue un momento duro para la cultura y para el país. Pero también he visto cómo mucho después se perdió un gran país de una manera involuntaria e innecesaria. […] A veces me digo que sólo quiero irme al otro mundo después de haber vuelto a ver el brote verde de algo nuevo, algo realmente nuevo. Un Picasso que transforme esta realidad desde el arte, desde la belleza y la emoción humana. Pero la cultura de masas ha devorado todo. Ha bajado nuestro nivel. Aunque pasará. Es sólo una mala época. Y sobreviviremos a ella”.

viernes, 22 de junio de 2012

Eurocopa 2012: el video que puso a la UEFA a investigar a Rusia

Mujeres de Letonia


Letonia, oficialmente República de Letonia (en letón: Latvijas Republika), es un país soberano miembro de la Unión Europea, con capital en Riga, que se extiende sobre una superficie total de 64.589 km² y cuenta con una población total de 2,24 millones de habitantes.

El cine ruso muestra la belleza de las chicas del este.

Esta república, que se encuentra situada en el noreste de Europa, es uno de los Países Bálticos y limita al norte con Estonia (343 km), al sur con Lituania (588 km), al este con Rusia (276 km) y Bielorrusia (141 km) y al oeste con el Mar Báltico.

Letonia es una república democrática parlamentaria.  Letonia forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1991 y de la Unión Europea (UE) y de la OTAN desde 2004


Según la BBC el "macho letón" escasea. En Letonia hay un 8 por ciento más de mujeres en el país. El hombre disponible es aficionado al consumo de alcohol o está deprimido por la falta de trabajo.

Las mujeres de Letonia (Ex-República Soviética) son regias, hermosa y exitosas en el plano profesional, pero no logran conseguir una pareja sentimental. ¿La Razón? La escasez de los hombres en Letonia, existe un 8% más de mujeres que de hombres en el país. Ademas el ego varonil de los hombres, al saber que estas hermosas mujeres son más exitosas que ellos, no permitiría que formalizaran alguna relación seria.

Letonia ingreso a la Unión Europea en el 2004.

El desempleo en Letonia es del 16%, uno de los más altos en toda la Union Europea; cuando exploto la crisis economica en el 2008 este país quedo muy afectado.

En resumen las mujeres de Letonia son exitosas y atractivas, pero necesitan hombres asi que a exportarles hombres!!! Hacer turismo en Letonia un mundo por descubrir!

Video de Mujeres en Letonia 




Fotos de Mujeres en Letonia



Mujeres letonas son hermosas e inteligentes, pero no tienen un hombre que las acompañe

jueves, 21 de junio de 2012

Organización Mundial de Comercio admite a Rusia

Ginebra, Suiza.- La Organización Mundial de Comercio (OMC) admitió como nuevo miembro a Rusia, lo que significará una ayuda a la economía de la Unión Europea.

El organismo de 153 naciones aprobó por consenso la solicitud de membresía de Rusia, que la presentó hace 18 años.

Se prevé que las exportaciones de la UE aumentarán rápidamente en unos 4 mil millones de euros (5 mil 450 millones de dólares) anuales.

Los rusos podrán adquirir bienes europeos a precios mucho más bajos, en tanto Rusia podrá vender su petróleo y gas con mayor eficiencia.

Hasta el momento, Rusia era el único miembro del Grupo de los 20 que no pertenecía a la OMC. Rusia concretaría su ingreso el año próximo, 30 días después de notificar a la OMC que la Duma (parlamento) haya ratificado la membresía.

Organización Mundial de Comercio admite a Rusia

Ginebra, Suiza.- La Organización Mundial de Comercio (OMC) admitió como nuevo miembro a Rusia, lo que significará una ayuda a la economía de la Unión Europea.

El organismo de 153 naciones aprobó por consenso la solicitud de membresía de Rusia, que la presentó hace 18 años.

Se prevé que las exportaciones de la UE aumentarán rápidamente en unos 4 mil millones de euros (5 mil 450 millones de dólares) anuales.

Los rusos podrán adquirir bienes europeos a precios mucho más bajos, en tanto Rusia podrá vender su petróleo y gas con mayor eficiencia.

Hasta el momento, Rusia era el único miembro del Grupo de los 20 que no pertenecía a la OMC. Rusia concretaría su ingreso el año próximo, 30 días después de notificar a la OMC que la Duma (parlamento) haya ratificado la membresía.

Pávlovsk (San Petersburgo)

Pávlovsk (en ruso: Па́вловск) es una ciudad situada en el distrito Pushkinsky de San Petersburgo, Rusia. La ciudad se encuentra a unos 30 kilómetros al sur de San Petersburgo y a cuatro kilómetros al sureste de Pushkin. Según el censo de 2010, Pávlovsk cuenta con 16.058 habitantes.

La ciudad se desarrolló alrededor del Palacio de Pávlovsk, una importante residencia de la familia imperial rusa. Entre 1918 y 1944, su nombre oficial fue el de Slutsk, por la revolucionaria Vera Slutskaya. Pávlovsk forma parte del centro histórico de San Petersburgo y conjuntos monumentales anexos, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
El clima de Pávlovsk oscila entre oceánico y continental. La duración del día varía entre cinco horas y 51 minutos en el solsticio de invierno a 18 horas y 50 minutos en el solsticio de verano. Los veranos son cortos y suaves, mientras que el invierno es largo y frío. Las temperaturas por encima de los 0º C suelen darse desde abril hasta comienzos de noviembre. El mes más frío es febrero, con vientos invernales que soplan hacia el sur y cambian frecuentemente la masa de aire sobre la ciudad. Los vientos veraniegos llegan del oeste y noroeste. Los meses más nubosos son noviembre, diciembre y enero, y los más soleados son mayo, junio y julio.

En Pávlovsk hay alrededor de 240 días soleados al año. Entre el 25 de mayo y el 16 de julio se observa el sol de medianoche, cuando el sol se mantiene en el horizonte y los días duran cerca de 19 horas. La zona está rodeada de aguas superficiales y subterráneas

Palacio de Rusia de Gátchina

El Palacio de Gátchina (en ruso: Большой Гатчинский дворец)

 es un palacio de Rusia, situado en la ciudad de Gátchina. Fue construido entre 1766 y 1781 para el Conde Grigori Grigoriévich Orlov, favorito de Catalina la Grande, según un proyecto del arquitecto italiano Antonio Rinaldi. Situado en una colina sobre el Lago Serebrianoe, el palacio combina temas de los castillos medievales y de las residencias suburbanas. El interior del palacio es una muestra rusa del clasicismo extranjero de los siglos XVIII y XIX. El palácio fue uno de los dos lugares de descanso favoritos de la Familia Imperial.
En 1765, Catalina II compró el solar de Gátchina (que daría origen a la ciudad del mismo nombre) al príncipe Borís Aleksándrovich Kurakin, regalándolo en seguida a su favorito Grigori Grigórievich Orlov, como señal gratitud por haber liderado el golpe palaciego de 1762, por el cual se volvió emperatriz. El día 30 de mayo de 1766 comenzó la construcción del Palacio de Gátchina en el territorio del solar.

Con el objetivo de desarrollar el proyecto del palacio Grigori Orlov, junto con Catalina II, invitó al arquitecto italiano Antonio Rinaldi. Su diseño combina elementos de los castillos de caza suburbanos rusos e ingleses. Como resultado, el palacio de Gátchina fue el único castillo erigido en los suburbios de San Petersburgo. La construcción discurrió lentamente; a finales de 1768 fue colocada una cornisa y en 1770 comenzaron los trabajos en la decoración exterior, las cuales durarían hasta 1772. Las decoraciones del interior se retrasaron hasta final de 1770 (en el cuerpo central del palacio permaneció hasta 1950 una placa de cobre con las fechas de inicio y del fin de la construcción: «Iniciado el 30 de mayo de 1766. Concluido en 1781» - «Заложен в 1766 мая 30. Окончен 1781 года»).

Tras su conclusión, el nuevo palacio estaba compuesto por tres partes integrantes. La mayor parte está constituida por tres cuerpos centrales, con dos torres pentagonales. La torre sur contenía el reloj y la del norte contenía un pararrayos. El edificio principal estaba unido por dos galerías con otros dos edificios cuadrados, como patios internos (cocina y arsenal), los cuales poseían torres octogonales localizadas en las esquinas. El exterior del edificio se revistió con caliza traida de las minas de la vecina aldea de Paritsi (Парицы). El vestíbulo es el parapeto sobre la cornisa se hicieron con «piedra pudstskogo». Los detalles de la decoración interior del palacio de esta época no sobrevivieron, perdiéndose los registros gráficos de la propiedad de Orlov.

rlov estuvo poco tiempo en el nuevo palacio, pues falleció en 1783. Inicialmente, el palacio de Gátchina fue recuperado de los hermanos del conde por Catalina II (4 de julio de 1783), siendo regalado, el 6 de agosto del mismo año, al Gran Duque Pablo (el futuro zar Pablo I de Rusia), el cual se mudó allí en septiembre. Para entonces, Pablo estaba ocupado con la construcción del Palacio Pávlovsk, su residencia en las proximidades de Tsárskoye Seló. El futuro zar sólo se dedicó al palacio de Gátchina cuando estaban concluidos los trabajos de base en el palacio de Pavlovsk, o sea, a partir de 1790.

 

Palacio de Catalina




El Palacio de Catalina (ruso: Екатерининский дворец) era la residencia de verano de los zares de Rusia, de estilo rococó y ubicada en la ciudad de Tsárskoye Seló (actualmente llamada Pushkin), a 25 km al sureste de San Petersburgo, antigua capital del Imperio ruso. El palacio está integrado, junto con el conjunto de palacios y parques de la ciudad de Pushkin, así como su centro histórico (código 540-006) en el lugar Patrimonio de la Humanidad llamado «Centro histórico de San Petersburgo y conjuntos monumentales anexos».
La residencia tiene su origen en el año 1717, cuando Catalina I de Rusia contrató al arquitecto alemán Johann-Friedrich Braunstein para construirle un palacio de verano para su distracción. En 1733, la emperatriz Ana encargó a Mijáil Zemtsov y Andréi Kvasov que ampliaran el Palacio de Catalina. La emperatriz Isabel, sin embargo, consideró que la residencia de su madre estaba pasada de moda y era incómoda y en mayo del año 1752 pidió a su arquitecto de corte, Bartolomeo Rastrelli que demoliera la antigua estructura y la reemplazara con un edificio mucho más grande en un llamativo estilo rococó. La construcción tardó cuatro años y el 30 de julio de 1756, el arquitecto le presentó el flamante nuevo palacio de 325 metros de largo a la emperatriz, sus aturdidos cortesanos y estupefactos embajadores extranjeros.

En vida de Isabel, el palacio ganó fama por su exterior obscenamente lujoso. Se usaron más de 100 kilos de oro para dorar la sofisticada fachada de estuco y numerosas estatuas erigidas sobre el tejado. Incluso se rumoreó que el tejado del palacio estaba construido enteramente de oro. En frente del palacio se diseñó un enorme jardín formal. Se centre en el pabellón del Hermitage azul y blanco cerca del lago, diseñado por Zemtsov en 1744, revisado por Rastrelli en 1749 y anteriormente coronada por una gran estatua dorada representando El rapto de Perséfone. El interior del pabellón tenían mesas de comedor con mecanismos de mesita rodante. La gran entrada al palacio se encuentra flanqueada por dos «circunferencias» macizas, en estilo rococó. Una delicada reja de hierro colado separa el complejo de la ciudad de Tsárskoye Seló.

Aunque el palacio se asocia popularmente con Catalina la Grande, realmente ella consideró su arquitectura de «nata batida» como anticuada. Cuando ascendió al trono, una serie de estatuas del parque fueron cubiertas con oro, de acuerdo con el último deseo de la emperatriz Isabel, pero la nueva emperatriz hizo que todas las obras se suspendieran al ser informada de los costes. En sus memorias censuró la imprudente extravagancia de su predecesora: «El palacio se estaba construyendo entonces, pero era la obra de Penélope: lo que se hacía hoy, se destruía mañana. Esa casa que había sido demolida seis veces hasta sus cimientos, luego vuelta a construir hasta que alcanzó su estado actual. Se gastó en la construcción la suma de un millón seiscientos mil rublos. Existen cuentas que lo prueban; pero aparte de esta suma, la emperatriz gastó mucho dinero de su propio bolsillo en él, sin contarlo nunca».

Para gratificar su pasión por el arte antiguo y neoclásico, Catalina contrató al arquitecto escocés Charles Cameron quien no sólo renovó el interior de un ala en estilo neopalladiano que entonces estaba de moda, sino que construyó los apartamentos personales de la emperatriz, una estructura de reminiscencias griegas bastante modesta conocida como las Habitaciones de ágata y situada a la izquierda desde el gran palacio. Destacadas por su elaborada decoración de jaspe, las habitaciones fueron diseñadas de manera que enlazaban con los Jardines Colgantes, los Baños fríos y la Galería de Cameron (que todavía conserva una colección de estatuas de bronce) - tres edificios neoclásicos construidos conforme a los diseños de Cameron. Según los deseos de Catalina, se erigieron muchas estructuras notables para su entretenimiento en el Parque de Catalina. Entre ellas, el Almirantazgo Holandés, la Pagoda chirriante, la columna de Chesme, el Obelisco Rumyantsev y el puente de mármol.

A la muerte de Catalina en 1796, el palacio fue abandonado en favor del Palacio Pávlovsk. Los monarcas posteriores prefirieron residir en el cercano Palacio de Alejandro y, con sólo dos excepciones, evitaron añadir reformas al Palacio de Catalina, considerándolo un monumento espléndido a la riqueza de Isabel y la gloria de Catalina II. En 1817, Alejandro I contrató a Vasili Stásov para que redecorara algunos interiores de la residencia de su abuela en el estilo Imperio. Veinte años más tarde, la magnífica Escalera de Stasov fue construida para reemplazar la antigua escalera circular que llevaba a la Capilla del Palacio. Desafortunadamente, la mayor parte de los interiores de Stasov - específicamente, los que datan del reinado de Nicolás I - no han sido restaurados desde los estragos de la SGM hasta hoy.

Cuando las fuerzas del ejército alemán se retiraron del sitio de Leningrado, hicieron destruir la residencia intencionadamente,1 dejando solamente la concha vacía del palacio detrás de ellos. Antes de la SGM los archivistas rusos consiguieron trasladar una fracción de sus contenidos, que demostraron tener gran importancia al reconstruir el palacio. Aunque la mayor parte de la reconstrucción se acabó a tiempo de Tricentenario de San Petersburgo en 2003, aún se requiere mucho trabajo para restaurar el palacio a su anterior gloria. Para atraer fondos, la administración del palacio últimamente alquila el Gran Salón para acontecimientos de alto nivel, como un concierto de Elton John para una audiencia de élite en 2001 y la exclusiva fiesta del año 2005 con gente del estilo de Bill Clinton, Tina Turner, Whitney Houston, Naomi Campbell y Sting.

En la película de animación de la Twentieth Century Fox de 1997 Anastasia, el Palacio de Catalina está representado, erróneamente, como el hogar de la familia imperial.
Aunque los interiores neoclásicos de Stasov y Cameron son soberbias manifestaciones del gusto de finales del XVIII y principios del XIX, el palacio es conocido sobre todo por el gran conjunto de habitaciones formales de Ratrelli, conocidos como la Enfilada Dorada. Comienza en el espacioso y aéreo salón de baile, la «Gran Sala» o la «Sala de Luces», con un techo espectacularmente pintado, y comprende numerosas habitaciones menores distintivamente decoradas, incluyendo la reproducida Cámara de Ámbar.

El Salón Dorado o Salón del Trono, llamada en el siglo XVIII Galería Ligera, es una estancia formal en el estilo barroco ruso diseñado por Bartolomeo Rastrelli entre 1752 y 1756. El Salón del Trono estaba pensado para albergar las recepciones más importantes como bailes, cenas de gala y mascaradas. El salón estaba pintado en dos colores y tiene una superficie aproximada de 1.000 m2. Ocupa toda la anchura del palacio, las ventanas en el lado oriental que dan al parque mientras que las ventanas del lado occidental miran a la plaza del palacio. Por la tarde se encienden 696 bombillas sobre 12-15 candelabros ubicados cerca de los espejos. Las tallas y las ornamentaciones escultóricas y doradas del salón fueron creados según esbozos de Rastrelli y modelos de Johann Franz Dunker.

Más allá del Salón del Trono está el Comedor de cortesanos presentes. La habitación fue diseñada por Rastrelli a mediados del siglo XVIII. La pequeña habitación está iluminada por cuatro ventanas que dan al patio formal. El arquitecto ubicó falsas ventanas con espejos y espejos en la pared opuesta, haciendo la sala más espaciosa y luminosa. Decorada en el típico estilo interior barroco, la sala está llena de tallas doradas, complejas piezas doradas en las puertas y pautas ornamentales de flores estilizadas. El mural del techo fue pintado por un estudiante bien conocido de la Escuela Rusa de mediados del siglo XVIII. Se basa en el mito griego del dios sol Helios y la diosa de la aurora, Eos.

Cruzando el Comedor de los Cortesanos presentes, en el otro lado de la Escalera Principal, está el Comedor Formal Blanco. La sala se usaba para las cenas formales de la emperatriz o «comidas de la tarde». Las paredes del comedor estaban decoradas con la mayor extravagancia con tallas doradas. Los revestimientos consisten en tallas doradas sobre las consolas. El mural pintado, El triunfo de Apolo es una copia de una pintura realizada en el siglo XVI por el artista italiano Guido Reni.

La Sala de Retratos es un apartamento formal con una superficie de 100 m2. Las paredes de la habitación lucen retratos formales de la emperatriz Catalina I, la emperatriz Isabel Petrovna, así como pinturas de Natalia Alekseyévna, hermana de Pedro el Grande y la emperatriz Catalina II. Los suelos incrustados de la sala contienen maderas preciosas. El Despacho de Alejandro I fue diseñado entre 1752 y 1756 y pertenecía al conjunto de habitaciones privadas del emperador. El despacho destacaba del resto de habitaciones formales en el palacio debido al hecho de que sus paredes estaban cubiertas con seda china. Otra decoración en la habitación era típica de las habitaciones formales del palacio, un fresco en el techo y tallas doradas. Las elegantes mesas de cartas y cómoda de madera incrustada muestran porcelana de Berlín, china y japonesa.

El Comedor Verde, que reemplazó a los «Jardines Colgantes» de Rastrelli en 1773, es la primera de las habitaciones del ala septentrional del Palacio de Catalina, diseñado por Cameron para el futuro emperador Pablo y su esposa. Las paredes color pistacho de las habitaciones están revestidas con figuras de estuco de Iván Martos. Durante el gran incendio de 1820 la habitación quedó seriamente dañada, compartiendo de este modo la suerte de otros interiores de Cameron. Fue posteriormente restaurada bajo la dirección de Stasov.

Otros interiores de Cameron eran la Habitación de los Camareros, con un suelo incrustado de palo de rosa, amaranto y caoba y estilosas mesas de cartas Chippendale; el Comedor formal Azul, con papel pintado de seda azul y blanco y chimeneas de mármol de Carrara; la Sala de Dibujo azul chino, una curiosa combinación de estilo Adam con la chinoiserie; la Antecámara del Coro, con paredes revestidas de seda color albaricoque; y el tocador con columnas de Alejandro I, ejecutado en estilo pompeyano.


 

Palacio de Alejandro - emperador de Rusia


El Palacio de Alejandro (ruso: Александровский дворец) es recordado sobre todo como la residencia favorita del último emperador de Rusia, Nicolás II, y su familia. Está ubicado en el Parque de Alejandro de Tsárskoye Seló (Pushkin), a 25 km al sureste de San Petersburgo, Rusia. Está integrado, junto con el conjunto de palacios y parques de la ciudad de Pushkin, y su centro histórico (código 540-006) en el lugar Patrimonio de la Humanidad llamado «Centro histórico de San Petersburgo y conjuntos monumentales anexos».
El palacio de Alejandro fue construido en el retiro imperial de Tsárskoye Seló. Fue encargado por Catalina la Grande para su nieto favorito y futuro emperador Alejandro I de Rusia con motivo de su matrimonio con la gran duquesa Elizaveeta Alexeevna, nacida princesa Luisa María Augusta de Baden.

El gracioso edificio neoclásico fue planeado por Giacomo Quarenghi y construido entre 1792-1796. Hay acuerdo en que el arquitecto se había superado a sí mismo al crear una obra maestra.1 En 1821, alrededor de un cuarto de siglo más tarde, el hijo del arquitecto escribió: "Un elegante edificio que mira sobre el bello jardín nuevo... en Tsárskoye Seló, fue diseñado y construido por mi padre a petición de Catalina II, como residencia de verano para el joven gran duque Alejandro, nuestro actual soberano. De conformidad con el estatus augusto de la persona para la que fue concebido el palacio, el arquitecto la formó con la mayor simplicidad, combinando funcionalidad y belleza. Su digna fachada, proporciones armoniosas, y moderada ornamentación... también se manifiestan en sus interiores..., sin comprometer la comodidad esforzándose en alcanzar la magnificencia y la elegancia".

Una historia interesante sobre la construcción es que cuando los trabajadores estaban excavando para hacer los cimientos, hallaron un río subterráneo que actualmente corre bajo la sala semicircular. Alejandro usaba el palacio como residencia de verano a lo largo del reinado de su abuela y de su padre, el emperador Pablo. Cuando se convirtió en emperador, sin embargo, prefirió residir en el cercano palacio de Catalina
Alejandro I dio el palacio a su hermano, el futuro Nicolás I para uso en verano. Desde entonces, fue la residencia de verano del heredero al trono. Desde 1830 hasta 1850, se llevó a cabo una amplia reforma según diseños de D. Cerfolio, A. Thon, D. Yefimov, A.Stakenschneider y otros para seguir las modas cambiantes. La apariencia de las habitaciones privadas y formales del palacio durante el reinado de Nicolás pueden verse en exquisitas acuarelas de E. Hau, I. Premazzi e I. Volsky de 1840-1860.3 El famoso «salón de la montaña» que tiene un largo tobogán construido para los niños de Nicolás I se construyó entonces. Nicolás I y su familia vivieron en el palacio desde principios de la primavera hasta finales de mayo y tras un breve período en Krasnoye Seló durante maniobras regresaba al palacio a pasar su tiempo allí hasta finales de otoño. En 1842, la pareja imperial celebró sus bodas de plata con una serie de de galas incluyendo una justa medieval. Dos años después, la familia lamentó la muerte de la hija de Nicolás la gran duquesa Alejandra (1825-1844) quien nació en el palacio y vivió los últimos meses de su vida allí. El 19 de octubre de 1860, la emperatriz Alejandra Feodorovna también murió en el palacio. Más tarde Alejandro III tuvo sus apartamentos en el ala derecha del palacio
El palacio es famoso sobre todo, por el papel que jugó en el reinado del último zar, Nicolás II. Él y su esposa, Alejandra siempre amaron el palacio y decidieron hacer de él su residencia permanente después del Domingo sangriento que hizo peligroso el Palacio de Invierno. Remodelaron el salón de baile de dos plantas y la transformaron en la Habitación del Arce4 y el Nuevo Estudio5 y añadieron habitaciones para sus hijos en la planta superior. Para horror de la corte, Alejandra, y su arquitecto Meltzer, eligieron un estilo de decoración entonces moderno, Jugendstil o Art Nouveau, considerado por la aristocracia más «de clase media» que «imperial». Una de estas famosas habitaciones es la habitación malva de Alejandra.6

Durante el reinado de Nicolás II, el palacio fue cableado para tener electricidad y equipado con un sistema de teléfono. En 1899 un ascensor hidráulico fue instalado conectando la suite de la emperatriz con las habitaciones de los niños en la segunda planta. Más aún, con la llegada del cine, se construyó una pantalla en el salón semicircular para proyectar películas.

Durante los años tormentosos de la guerra y la revolución, las paredes monumentales del palacio de Alejandro protegió a la Familia Imperial del mundo exterior. Pierre Gilliard, tutor del hijo de Nicolás II tenía acceso libre a este santuario interior. En sus memorias, el tutor más adelante escribió que la vida familiar en Tsárskoye Seló era menos formal que en otras residencias. Aparte de unas pocas excepciones, la corte no residía en el palacio. La Familia Imperial se reunía informalmente alrededor de la mesa en las comidas sin ayudantes, a menos que hubiera parientes visitándoles.7 Este mundo idílico era vigilado por la sonrisa triste y profética de la reina María Antonieta de Francia, retratada con sus hijos en un tapiz en la Habitación de la Esquina. Esto fue un regalo del presidente francés

Nicolás II abdicó el trono de Rusia el 2 de marzo de 1917. Trece días después volvió al palacio de Alejandro no como emperador de Rusia, sino como el Coronel Romanov. La familia imperial quedó entonces bajo arresto domiciliario y confinada a unas pocas habitaciones del palacio y vigilados por una guardia con la bayoneta calada.8 El régimen de su cautiverio, establecido por el propio Kerensky, previó estrictas limitaciones en la vida de la familia imperial - un aislamiento del mundo exterior, una guardia durante sus paseos por el parque, prohibición de cualquier tipo de contacto o correspondencia aparte de las cartas aprobadas.9 Gillard señaló,

En su tiempo libre, libres de estudios, la emperatriz y sus hijas se entretenían bordando, o tejiendo, pero nunca estaban ociosas... Durante sus paseos diarios todos los miembros de la familia, salvo la emperatriz, se dedicaban a trabajos físicos: limpiaban de nieve los paseos del parque, cortaban hielo para la bodega, cortaban ramas secas o viejos árboles, almacenando madera para el futuro invierno. Con la llegada del tiempo más cálido, toda la familia trabajaba en un gran jardín de cocina...
El palacio tras la Revolución

Por orden directa de Kerensky, la familia imperial fue trasladada la mañana del 1 de agosto de 1917 por tren a Tobolsk en Siberia. Desde entonces hasta el comienzo de la SGM, el palacio era un museo. A comienzos de la SGM, el mobiliario más valioso fue evacuado al interior del país. Las partes restantes de la colección se escondieron en el sótano durante la ocupación nazi. Durante los años de guerra, el palacio se usó como cuartel general del mando militar alemán. La zona en frente del palacio se transformó en un cementerio para soldados de las SS. Colecciones únicas desde el punto de vista artístico e histórico fueron parcialmente destruidos. Conforme las fuerzas alemanas estaban dejando Rusia, muchos de los palacios suburbanos fueron incendiados. El palacio de Alejandro se libró. El palacio se usó como un depósito de obras de arte que iban al área. Más tarde decidieron que el palacio no volviera a ser un museo y lo entregaron a la Armada Soviética. También funcionó como un orfanato, aunque los niños alojados allí consiguieron destrozar partes de la segunda planta donde las habitaciones de los cinco hijos del zar estaban ubicadas.

El palacio hoy

Hasta hace muy poco, el palacio se vio como poco más que un añadido al bello parque de Alejandro. Pocos conocían los salones formalos conservados dentro, o que los palacios de Catalina y Pavlovsk contenían exquisitos candelabros, retratos formales y muchas otras obras de arte creados específicamente para esas salas. Pocos se dan cuenta de que, en el ala izquierda del palacio, decoraciones que datan del último emperador de Rusia habían sobrevivido intactas. En el verano de 1997, una exposición permanente se inauguró en el ala izquierda del edificio. Hoy ciertos elementos de la sala de recepción, el Nuevo Estudio de Nicolás II y la sala de la esquina de Alejandra han sido recreados y proporcionan un telón de fondo para exposiciones de ropas históricas, armas y objetos de artes aplicadas que se encuentran entre sus paredes. En el estudio de Nicolás II, donde se ha recreado el ambiente de trabajo del último emperador de Rusia, cuelga un retrato del padre de Nicolás II pintado por el gran artista ruso, Valentín Serov. En una sección del palacio, los visitantes pueden ver ropas usadas por la familia imperial de Rusia y uniformes relacionadas con la corte del zar Nicolás II.

Palacio de Invierno foto San Petersburgo Rusia


El Palacio de Invierno (ruso: Зимний дворец) que se encuentra en San Petersburgo, Rusia, fue entre 1732 a 1917, la residencia oficial de los zares de Rusia. Es la sede del Museo del Hermitage. Se encuentra entre la avenida Dvortsovaya Naberezhnaya que bordea el río Nevá y la Plaza del Palacio, cerca del sitio en el cual se encontraba ubicado el Palacio de Invierno primigenio de Pedro El Grande; el Palacio de Invierno actual es el cuarto que se construyó y que sufrió continuas remodelaciones entre fines de 1730 y 1837, cuando fue seriamente dañado por un incendio siendo reconstruido de forma inmediata.1 El ataque al palacio en 1917 se convirtió en un ícono de la revolución rusa.

El palacio fue construido en una escala monumental cuyo objetivo era ser el reflejo de la grandeza y el poder de la Rusia Imperial. Desde el palacio, el zar y autócrata de todas las rusias gobernaba sobre un territorio de 22.400.000 km² (casi 1/6 de la superficie continental terrestre) y sobre 176,4 millones de personas. Es el producto del diseño de numerosos arquitectos, entre los que se destaca el trabajo de Bartolomeo Rastrelli, en lo que se denominó el estilo barroco isabelino; el palacio verde y blanco posee la forma de un rectángulo alargado. El palacio posee 1.786 puertas, 1.945 ventanas, 1.500 habitaciones y 117 escaleras. Su fachada principal mide 150 m de longitud y 30 m de altura. La reconstrucción de 1837 no modificó la apariencia exterior, pero se rediseñaron grandes sectores de su interior en una variedad de estilos y gustos, por lo cual el palacio es descrito como "un palacio del siglo XIX inspirado en un modelo de estilo rococó."2

En 1905, el palacio fue el escenario de la masacre del Domingo sangriento, aunque para esta fecha la familia imperial ya habían optado por fijar su residencia en el Palacio de Alejandro que se encuentra más retirado y más seguro en Tsarskoe Selo, y solo regresaban al Palacio de Invierno para ocasiones muy especiales o de naturaleza formal. Tras la Revolución de febrero de 1917, durante un breve tiempo el palacio fue la sede del Gobierno Provisional Ruso, liderado por Alexander Kerensky. Posteriormente ese mismo año, el palacio fue atacado por un grupo de soldados y marineros del ejército rojo— en lo que fue un momento definitorio en el nacimiento del estado soviético

Complejo arquitectónico del museo Hermitage

Colecciones

El Palacio de Invierno (Зимний дворец) es el principal edificio del museo. Fue construido entre los años 1754 y 1762 por orden de la Emperatriz Isabel. El diseño era del arquitecto italiano Francesco Bartolomeo Rastrelli. Terminó de construirse después de la muerte de Isabel. Fue la residencia oficial de los Zares de Rusia hasta que cayó la monarquía tras la Revolución rusa, en el año 1917, y en su interior sucedieron algunos de los acontecimientos más importantes de la historia de Rusia.

Catalina II mandó construir al arquitecto Vallin de la Mothe un pequeño palacio, situado al lado del Palacio de Invierno, al que llamó pequeño Hermitage (Малый Эрмитаж), y que entre otras cosas, contaba con unos jardines colgantes. Esta sección del museo fue construida entre los años 1765 y 1769. Contiene dos salas de exposiciones laterales, y sirve de enlace entre el Palacio de Invierno y el resto de palacios que forman el museo.

Pronto el palacio se llenó de objetos, así que Catalina ordenó a los arquitectos Velten y Quarenghi la construcción de otro edificio, conocido posteriormente como el Viejo Hermitage (Старый Эрмитаж), construido entre los años 1771 y 1787. Esta parte del museo está conectada con el resto de edificios que vienen a continuación a través de un arco que sortea uno de los canales que desembocan en el Neva, el canal de Invierno.

El Teatro del Hermitage (Эрмитажный театр) fue ordenado a construir por Catalina la Grande entre los años 1783 y 1787. Fue construido por el arquitecto Giacomo Quarenghi. Se encuentra al otro lado del canal de Invierno. En la actualidad, se siguen representando obras teatrales dentro de la programación del museo.

El Nuevo Hermitage (Новый Эрмитаж) fue el primer edificio construido en Rusia específicamente para contener arte. Fue construido entre los años 1842 y 1841 por el arquitecto alemán Leo von Klenze. Es donde se encuentra la entrada principal del museo, que consiste en un gran pórtico con unos atlantes. Se encuentra a continuación del resto de edificios, al otro lado del canal.

El Palacio Menshikov (Меншиковский дворец), fue la residencia del gobernador de San Petersburgo y amigo del zar Pedro I de Rusia. Su construcción es del año 1710, y fue diseñada por el arquitecto Giovanni Mario Fontana. Se acabó su construcción en al año 1721. Fue considerado el palacio más lujoso de toda la ciudad.

El Edificio del Estado Mayor (Здание Главного штаба) fue construido entre los años 1820 y 1827. Hacia la mitad de este palacio, se encuentra un arco que tiene encima una escultura en bronce de un carro guiado por 6 caballos, que da paso a la plaza del Palacio. El ala oriental del museo fue en un principio el Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Economía, aunque ahora pertenecen al museo
La colección del museo abarca muchos temas distintos. Va desde arte prehistórico, hasta numismática, muebles, cuadros y esculturas de todas las épocas, o armas. En su interior alberga una de las mayores pinacotecas del mundo. Otra sección importante es la dedicada al arte occidental.

 Arte prehistórico

El museo contiene muchos de los objetos prehistóricos encontrados en Rusia, siendo las venus prehistóricas algunas de las más importantes, encontradas en varios yacimientos de Siberia, aunque también tienen todo tipo de industria lítica paleolítica. Además contienen diversos petroglifos y figurillas neolíticas de yacimientos rusos, broches, hachas y decenas de objetos de la Edad del bronce, procedentes de las culturas calcolíticas del Cáucaso. Dentro de este último grupo, tiene especial importancia los objetos encontrados en el túmulo de Maikop, cuyo ajuar es uno de los más ricos e importantes del Calcolítico Medio de la cultura de los kurganes. Contiene figurillas de oro, vasijas de cobre y bronce, broches, etc. Además contiene todo tipo de objetos, de cerámica y barro de todo el Mediterráneo y de excavaciones llevadas a cabo en Ucrania y los Balcanes. Su colección de objetos de la cultura Escita es una de las más importantes del mundo.

Tienen decenas de miles de objetos prehistóricos, que abarcan desde el Paleolítico Inferior hasta el segundo o primer milenio antes de Cristo, contiene gran parte de los objetos encontrados en yacimientos rusos y en países de la antigua Unión Soviética.

 Antigua Grecia y Roma

Contiene 106.000 objetos de Grecia y Roma, y de las excavaciones arqueológicas que tuvieron lugar durante los siglos XIX y XX en el litoral del mar Negro donde se encontraban las ciudades de Ninfea, Panticapea, Quersoneso y Teodosia. Van desde el siglo XV a. C. hasta el siglo IV dC. Su colección contiene, entre otras cosas, 15.000 vasijas griegas y romanas, sarcófagos, joyas de oro, gemas talladas, o más de 200 bustos de mármol de época romana.
Retrato de dama en azul, Cézanne.
Es una de las mayores colecciones de pintura del mundo. Contiene pintura Italiana desde el siglo XIII al siglo XIX, obras de Tiziano, Da Vinci, Rafael, o Miguel Ángel. Algunas de las obras más importantes son La Madonna Benois y la Madonna Litta, de Leonardo, la Virgen con niño o La Sagrada familia de Rafael, muchas obras de la época tardía de Tiziano, la Judith de Giorgione, La virgen y el niño de Fra Angelico y obras de Caravaggio, Canaletto, Tintoretto, Veronés o Tiépolo. Contiene además obras de pintores españoles, una de las colecciones más importantes fuera de España, como El Greco, Zurbarán, José de Ribera o Murillo. Además contiene El almuerzo y Retrato del Conde de Olivares de Velázquez o el Retrato de Antonia Zate de Goya.

Contiene además más de 500 obras de pintura flamenca, entre las que se encuentran 30 cuadros de Rubens y obras de Anthony van Dyck o Frans Snyders. También contiene 25 obras de Rembrandt y de otros pintores holandeses, como Jacob Ruysdael, Frans Hals, Jan Steen o Pieter de Hooch. Tiene una gran colección de pintura alemana, de pintores como Lucas Cranach, Ambrosius Holbein o Anton Raphael Mengs. El Hermitage contiene también una colección de 450 cuadros de pintura inglesa, siendo bastante raro que se exhiba pintura inglesa fuera de los museos británicos. Contiene además una importante colección de pintura francesa de entre los siglos XV y XVIII, la segunda mayor del mundo después de la del museo del Louvre en París, con autores como Claude Lorrain, Nicolas Poussin o Antoine Watteau.

Contiene una colección de pintura impresionista y expresionista, sobre todo francesa y alemana, de más de 1.000 obras. Incluyen 7 obras de Monet, 6 de Renoir, 2 de Camille Pissarro y varios dibujos de Degas. Tiene decenas de obras mayores de Cézanne, Paul Gauguin y van Gogh, 32 cuadros de Matisse y 31 de Picasso. Además, contiene una muy importante colección de cuadros de los Simbolistas franceses, y muchos cuadros de las escuelas alemanas de Múnich, Berlín y Düsseldorf, así como de pintores rusos, de entre los que sobresale Kandinsky.

 Escultura occidental

La colección de escultura, es una de las más importantes de Europa. Incluye obras de Escultura Italiana, entre la que destacan 15 obras de Antonio Canova, escultor de los siglos XVIII y XIX, entre las que se encuentran Cupido y Psique, Magdalena penitente o Hebe, y de sus sucesores, como Lorenzo Bartolini. No tiene esculturas de Bernini, pero sí varios de sus moldes y sus modelos que le sirvieron para la construcción de varias de sus grandes esculturas. Además, contiene la única escultura de Miguel Ángel en Rusia, Chico Agachado o Niño en cuclillas, que estuvo destinada en un principio para el panteón de los Medicis. También contiene esculturas de otros autores renacentistas y de los siglos XVIII y XIX, al igual que esculturas de autores franceses, como Eugene Falconet, Antoine Houdon, François Girardon. Además hay 5 esculturas de Rodin, entre las que se encuentran 2 piezas de escayola, una como modelo para su Edad del Bronce y otra es un retrato de la actriz japonesa Hanako, y 3 piezas de mármol, La primavera eterna, Romeo y Julieta y El poeta y la musa. Contiene 7 esculturas de Matisse, de las 70 que realizó en toda su vida. Tiene también una importante colección de esculturas renacentistas alemanas.

 Artes decorativas

Tienen todo tipo de arte mueble en el museo. Desde objetos en metal, joyería, cristalerías, muebles, porcelana, tapices o vajillas. Tienen relicarios, pomos de puertas o incensiarios en metal. Trabajos en Porcelana, tienen más de 20.000 piezas, procedentes sobre todo de la familia real rusa y de la aristocracia de San Petersburgo. La mayoría son manufacturas francesas, inglesas y alemanas, pero también hay piezas españolas, italianas o suecas. Incluye una colección de piezas de Art decó.

Dentro de los muebles, se encuentran más de 1.000 piezas realizadas en Italia, Francia y Alemania, sobre todo destacan los vestidores, armarios, sillones, tronos o baúles, de épocas que varían entre los siglos XV al XIX, y que muchos de ellos son originales del Palacio de Invierno, y otros fueron requisados de los palacios de la ciudad. Contiene el museo además una colección de tapices que abarcan 5 siglos, desde el XV hasta el XX. Además, tiene una colección de más de 6000 trajes, sobre todo vestidos eclesiásticos, y más de 1500 encajes. La colección de joyas es bastante extensa, incluyéndose collares y pendientes, botellitas de perfume, relojes, diademas, pulseras, anillos y bastantes objetos de Art nouveau.

 Arsenal

Se incluyen 15.000 piezas de armas y armaduras de Europa Occidental y de Rusia, desde la Edad Media hasta el siglo XX. La colección de armas y armaduras rusas proviene de la colección personal del emperador Nicolás I de Rusia. Las de Europa Occidental, vienen de países como España, Francia, Alemania o Reino Unido. También tiene una extensa colección de armas orientales, provenientes de Irán, India o Turquía. Entre las armas, se pueden encontrar armas de fuego, espadas, lanzas, escudos, cuchillos, y un largo etcétera.

 Arte oriental

Contiene el museo más de 190.000 objetos provenientes de Oriente, de Egipto, Mesopotamia, China, Irán, India o Turquía. Los objetos son muy variados. Tiene una extensa colección de petroglifos y tablillas mesopotámicas, desde el Tercer milenio antes de Cristo. Tiene objetos de todas las épocas del Antiguo Egipto, como estelas, esculturas, vasijas, papiros, relieves o joyas. Contiene 120.000 objetos del Imperio bizantino, la segunda mayor colección del mundo, que incluye todo tipo de iconografía, monedas, mosaicos, vasijas, dípticos y trípticos. Contiene una colección de objetos del Imperio sasánida, en Irán, con gran cantidad de vajillas completas de plata, monedas y piedras preciosas que se encontraron engarzadas en anillos. En total, más de 1000 objetos.

Además, contiene una gran cantidad de obras de arte islámico de entre los siglos VII y XIX proveniente de países como Egipto, Siria, Turquía o Irán. Por ejemplo, tiene 700 piezas de bronce, 500 de cerámica y 450 pinturas de Irán; cerámica, cristalerías y objetos de bronce y plata de Egipto; platos de plata y objetos de cristal de Siria; y alfombras y sedas y terciopelos o vajillas de Turquía.

De la India, tiene una colección de esculturas desde el siglo II al XII, pinturas, objetos de bronce y de marfil, y distintas telas, sobre todo de seda. Tiene objetos de China que abarcan desde el segundo milenio antes de Cristo hasta el siglo XIX de nuestra era, e incluyen unas 5000 piezas, entre porcelana, pinturas, trabajos en piedras semipreciosas, plata, madera o telas. Además, hay 8000 piezas de Japón, sobre todo distintos esmaltes, esculturas, porcelana, trajes y telas, y más de 1000 Netsukes.

Además, su colección de joyería oriental contiene más de 3000 objetos, entre los que se encuentran todo tipo de joyas de oro o plata, desde anillos hasta tobilleras, con incrustaciones de piedras preciosas, como diamantes, esmeraldas o rubíes, o de piedras semipreciosas. Su colección de joyas indias del siglo XVII es única en el mundo.

 Cultura rusa

La colección de piezas de cultura rusa incluyen más de 350.000 objetos, desde el siglo X al XX. Hay todo tipo de objetos. Hay imaginería y objetos religiosos de todas las épocas, como cruces, relicarios, cálices, o libros. También hay una gran colección de pinturas medievales y cerámica de esta época. Cuadros, esculturas, más de 300 trajes, objetos de adorno, libros o mapas que pertenecieron a Pedro I de Rusia. También se encuentran los objetos personales, cuadros, esculturas, porcelanas, vajillas, muebles, trajes, joyas y un largo etcétera de la época del reinado de Anna Ivanovna y Elizabeth Petrovna. También se encuentran una enorme cantidad de cuadros, esculturas, vajillas, muebles, porcelanas, joyas y trajes de la época de Catalina II de Rusia. Se pueden encontrar todo tipo de objetos y obras de arte desde la época de Alejandro I hasta el final de la época de los zares, con Nicolas II.

 Numismática

Es la mayor colección del museo, y una de las colecciones más importantes del mundo. Las monedas abarcan todas las épocas, desde la Antigüedad hasta el siglo XX y de muy diversas zonas geográficas. Contiene una colección de 64.000 monedas griegas, de un total de 120.000 de la Antigüedad, incluyendo Roma, o Egipto. Tiene 360.000 monedas de Europa Occidental, sobre todo de los siglos XVII y XVIII, 220.000 del Oriente Medio y Extremo Oriente, y 300.000 rusas. Además, tiene una colección de insignias y medallas de más de 80.000 objetos y 2.000 sellos.

Museo del Hermitage de San Petersburgo, Rusia


El Museo del Hermitage (en ruso Эрмитаж, ermitazh, proveniente del francés ermitage, «ermita», «refugio del ermitaño») de San Petersburgo, Rusia, es una de las mayores pinacotecas y museos de antigüedades del mundo. La colección del museo ocupa un complejo formado por seis edificios situados a la orilla del río Neva, siendo el más importante de estos el Palacio de Invierno, residencia oficial de los antiguos zares. El resto del complejo arquitectónico lo forman cinco edificios, entre los que se encuentran el Palacio Menshikov, el Edificio del Estado Mayor y un recinto para almacenamiento abierto. El museo se formó con la colección privada que fueron adquiriendo los zares durante varios siglos, y no fue hasta el año 1917 cuando fue declarado Museo Estatal.

Su colección, formada por más de tres millones de piezas, abarca desde antigüedades romanas y griegas, a cuadros y esculturas de la Europea Occidental, Arte oriental, piezas arqueológicas, Arte Ruso, joyas o armas. Su pinacoteca está considerada, junto con el Museo del Prado, como la más completa del mundo.

UBICACION ' DIRECCION
Complejo Principal del Museo — Главный музейный комплекс (Glavniy Museiniy Kompleks)

Plaza del Palacio, 5 — Дворцовая пл., 2 (Dvortsovaia Ploschad', 2(dbá))
 Palacio de Invierno de Pedro I — Зимний дворец Петра I (Zimniy Dvórets Petra Pérvogo)

Dvortsovaya Naberezhnaya, 32 — Дворцовая наб., 32 (..., (Tridtsat' dvá))
 Palacio Menshikovaboba — Дворец Меншикова (Dvórets Menshikova)

Universitetskaya Naberezhnaya, 15 — Университетская наб., 15 (Universitetskaya naberezhnaia, 2(Piatnatsat'))
 Museo de la Porcelana — Музей фарфора (Muzei Farfóra)

Prospekt Obukhovskoi Oborony, 151 Пр. Обуховской обороны, 151

HISTORIA
La historia del Museo del Hermitage está muy relacionada con la del Palacio de Invierno. Cuando la emperatriz Catalina la Grande llegó al poder mediante un golpe de Estado en Rusia, una de las primeras cosas que hizo fue establecer su residencia en el recién construido Palacio de Invierno.

En el año 1764, Catalina compró una colección de 225 cuadros de pintura holandesa y flamenca en Berlín a Johann Ernest Gotzkowski. Fue entonces cuando comenzó a decorar el palacio con todo tipo de obras de arte que iba adquiriendo provenientes de Europa Occidental. Sólo el comedor estaba adornado con 92 cuadros. Los diplomáticos rusos en Europa estaban encargados de comprar todo tipo de objetos, cuadros, joyas, libros, documentos, para llevar al Palacio de Invierno.
Durante la segunda mitad de este siglo, Catalina se dedicó, además de a la construcción del complejo arquitectónico que forma el actual Hermitage, a aumentar su colección de manera importante. Adquirió todas las colecciones en venta que pudo encontrar. En 1769 compró su colección al Conde Heinrich von Brühl, con obras de Rubens y Rembrandt. En 1772 compró la del Barón Pierre Crozat. Ésta incluía obras de Rafael, Rubens o van Dyck entre otros. En 1779 adquirió la colección de Robert Walpole, considerado como el primer Primer ministro del Reino Unido, que comprendía obras de Murillo, Rembrandt, Rubens o van Dyck. En 1781 compra la colección del Conde de Baudouin, que abarcaba 119 obras de artistas flamencos, holandeses y franceses, y en 1787, la colección de escultura de John Lyde-Brown, director del Banco del Reino Unido, que contenía 300 esculturas, entre las que se encontraban varias esculturas romanas, una griega y esculturas renacentistas. Además, Catalina se interesó por las antigüedades, y encargó diversas obras para que se las trajeran desde Roma.
En una carta enviada por Catalina a Milchor Grimm, contaba que aparte de cuadros de autores como Rafael, su colección contaba con 38.000 libros, más de 10.000 esculturas y más de 10.000 dibujos y grabados. Fue en esta época cuando se compraron las mayores colecciones de la Historia del museo. Todas estas obras eran la colección privada de Catalina. En ningún caso puede considerársele museo, ya que no estaba abierto al público. Consiguió la mayor colección privada de Europa.
El Zar Alejandro I de Rusia, cuando entró con sus tropas en el año 1815 en París, hizo una de las mayores compras para la colección del Hermitage: la colección privada de la Emperatriz Josefina, que contenía pinturas y esculturas. A su muerte, Alejandro compró a sus herederos 38 cuadros más, algunos de Rubens y Rembrandt, y cuatro esculturas de Antonio Canova. En 1837 hubo un gran incendio en el Palacio de Invierno que destrozó gran parte de sus interiores, y para evitar que el fuego se extendiera al pequeño Hermitage, desmontaron todas las conexiones entre los dos palacios.

Durante este siglo se efectuaron compras de varias colecciones importantes. En 1850, se adquirió la colección del Palacio de Cristoforo Barbarigo, en donde había muerto el pintor Tiziano. Esta colección incluía cinco cuadros de Tiziano, que se unían a los otros tres que ya contenía la colección. En 1865 se compró el famoso cuadro de Leonardo da Vinci Madonna Litta al Conde Litta junto con otros tres cuadros por 100.000 francos. En 1870, el Hermitage compró por 310.000 francos la obra maestra de Rafael La virgen y el niño, que el gobierno italiano intentó comprar para evitar que saliera del país, pero no pudo igualar el alto precio.

El emperador Nicolás I de Rusia decidió en el año 1852 convertir al Hermitage en un Museo Imperial, al ver que en Europa empezaba a afianzarse el sistema de museos estatales. Mandó construir una entrada para el público y ordenó la decoración del museo para que pudiera ser abierto al público, incluyendo la construcción de nuevas estancias para poder depositar los objetos y cuadros, decoración e interiores que se han mantenido intactos hasta la actualidad. La inauguración fue el 5 de febrero de 1852, con lo que se abría el palacio para las clases altas, sobre todo.
Monet
Durante este siglo, ante todo se aumentaron los fondos arqueológicos del museo. En 1861, el Hermitage compró la colección del marqués de Cavelli, Gianpietro Campana. Este arqueólogo aficionado era el director del Banco Monte di Pietà de Roma y utilizó fondos del banco para adquirir sus antigüedades. Cuando fue sentenciado a 20 años de prisión, el Estado sacó a subasta toda su colección, que se repartió entre el Hermitage y el Museo Napoleón III de París (actual Louvre). La colección adquirida por el Hermitage abarcaba más de 500 vasijas griegas, 200 bronces y esculturas de mármol, mientras que el museo parisino adquirió mayormente pinturas.

En 1886 adquirieron la colección de Aleksandr Basilevski, que comprendía todo tipo de piezas medievales, de marfil, esmaltes, y todo tipo de objetos, que el museo compró por 6 millones de francos. Además, en el año 1885, se trasladó la colección Imperial de armas al museo
En 1904, el Palacio de Invierno deja de ser una residencia imperial. Desde el comienzo de la Primera Guerra Mundial en 1914, el museo pasa a ser un Hospital, y las colecciones fueron trasladadas a Moscú para su seguridad. No volvieron hasta el año 1924. La administración del museo y el personal que trabajaba allí cambió mucho desde el año 1917, tras la Revolución rusa, y a partir de entonces se permitió trabajar allí a los no aristócratas. Tras un tiempo cerrado al público, al poco volvieron a abrir. El director del museo, en previsión por lo que podía ocurrir en el Asalto al Palacio de Invierno, protegió las obras, que no resultaron dañadas en esa noche del 25 de octubre de 1917, cuando arrestaron al Gobierno Provisional. Cinco días después, se declaró al Museo Hermitage Museo Estatal, siendo, durante los cinco primeros años, su entrada gratuita. Además, se creó en el museo un centro cultural y se empezaron a traer exposiciones no permanentes de otros sitios.

Durante este siglo, el museo tuvo importantes pérdidas. Durante la década de 1920, se trasladaron 500 obras al Museo Pushkin de Moscú, para que el arte no estuviera tan centralizado en San Petersburgo. En los años 30, se trasladaron otras 70 obras, entre ellas pinturas de Rubens, Rembrandt o Tiziano. Sin embargo, el Hermitage también consiguió importantes bienes; durante estas mismas décadas se empezaron a nacionalizar todos los bienes que se encontraban en los palacios de la aristocracia rusa, y la mayoría de éstas fue a parar al Hermitage. Se recibieron todo tipo de obras de arte de los palacios imperiales, objetos arqueológicos del antiguo Egipto, documentos, monedas, arte de la época bizantina... Fue en esta época cuando, al aumentarse considerablemente su patrimonio, pasó de ser un museo de arte, a ser un museo de arte y cultura universal.

A mediados de los años 30, se produjeron una serie de ventas de cuadros al extranjero, lo que supuso una gran pérdida para el museo. El objetivo de estas ventas, según la postura oficial, era la financiación del propio estado. Según voces discordantes, estas ventas no pueden justificarse desde ningún punto de vista. Se vendieron más de 2.800 cuadros, entre los cuales había 250 obras mayores y 50 obras maestras. Algunas piezas que no se vendieron volvieron al museo, pero éste perdió 48 obras maestras. Muchas de estas piezas fueron a parar a la National Gallery de Washington. Desde el año 1932 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, fueron saliendo obras menores del museo para ser vendidas o para distribuirse entre las distintas repúblicas soviéticas
Con la entrada de las tropas alemanas en Rusia en el año 1941, se inició la evacuación de las obras del Hermitage. Fue la mayor evacuación de obras de arte desde la ocurrida durante la Guerra Civil Española en el Museo del Prado. Miles de voluntarios se dedicaron a embalar más de un millón de obras, para trasladarlas en tren hasta Sverdlovsk, en los Urales. Dos trenes pudieron llegar a su destino, pero cuando estaban preparando el tercero, comenzó el asedio a la ciudad por los alemanes, que duró 900 días, y que produjo la muerte de dos millones de habitantes de la ciudad. Mientras, los conservadores que se quedaron se dedicaron a salvar y llevar al museo todos los bienes que encontraban en otros palacios, y a proteger al propio museo del frío y de la nieve y de los ataques aéreos. Además, sirvió de refugio contra las incursiones aéreas alemanas, y hasta 12.000 personas vivieron allí hasta las primeras evacuaciones, en el año 1942. Las obras trasladadas a Sverdlovsk llegaron bien y allí se creó una nueva sección del museo para mantener los objetos y cuadros. No se dañó ni se perdió absolutamente nada.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, el museo volvió a abrir sus puertas al público, con las obras evacuadas que volvieron a ser colocadas en su lugar de origen. Además, el museo tuvo que ser restaurado debido a todos los daños que había sufrido durante el asedio nazi, restauración que llevó varios años. En el año 1948, el Museo de Arte Contemporáneo Occidental de Moscú donó 320 obras de arte del siglo XIX y XX, entre las que se encontraban obras de Renoir, Matisse, Picasso, Monet, Van Gogh o Gauguin.

El Ejército Rojo a su vuelta de Berlín trajo numerosas obras de arte que acabaron en el Hermitage, sobre todo de obras impresionistas y postimpresionistas de colecciones privadas. Uno de los casos más importantes fue el del Altar de Zeus de Pérgamo que se lo llevaron de un museo de Berlín como botín de guerra, y que estuvo expuesto en el Hermitage hasta el año 1959. El museo y el ejército ruso recibieron muchas críticas por este robo de obras, pero el gobierno ruso alegó que fueron como una mínima satisfacción por la destrucción por parte del ejército nazi de obras rusas de incalculable valor, como los palacios de Peterhof y Tsarskoe Selo. Además, el gobierno ruso ha prohibido por ley la devolución de las obras en caso de que se demuestre que los dueños financiaron económicamente al régimen nazi.
El Museo del Hermitage se está expandiendo continuamente, y en la actualidad está colaborando en diversos proyectos en el extranjero, como los complejos de exposiciones del Guggenheim Hermitage en la ciudad de Las Vegas, EEUU, la reciente inauguración del museo Hermitage Amsterdam, en Ámsterdam, Holanda, o las salas del Hermitage en la Somerset House, en Londres, Reino Unido.

Además, se llevó a cabo el proyecto cinematográfico El arca rusa de Aleksandr Sokúrov, un viaje al interior del museo, a su historia y a su contenido, rodada en una sola toma de hora y media de duración, sin cortes (plano secuencia). La película participó en el Festival de Cannes el año 2002.

miércoles, 20 de junio de 2012

Brasil sede de La Copa Mundial de Futbol de la FIFA 2014


La Copa Mundial de la FIFA Brasil 2014 será la XX edición de la Copa Mundial de Fútbol. Esta edición del torneo se realizará en Brasil durante el año 2014 (del 13 de junio al 13 de julio), siendo la segunda vez que se realiza este torneo en Brasil después de la Copa Mundial de Fútbol de 1950, luego de que el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, estableciera el criterio de rotación continental.
En 2004, la FIFA eligió a Sudamérica como sede de la Copa Mundial de 2014. Pese al entusiasmo inicial de algunos países, sólo Brasil y Colombia presentaron sus candidaturas oficiales antes del cierre del plazo, el 18 de diciembre de 2006. Algunos meses después, Colombia retiró su candidatura, dejando como único postulante a Brasil. El 30 de octubre de 2007 la FIFA designó de manera oficial a Brasil como el país que albergará la Copa del Mundo de Fútbol de 2014

Antecedentes
América y Europa son los únicos continentes que han ganado el trofeo mundial a lo largo de su historia. 9 títulos han sido obtenidos por tres países sudamericanos: 5 veces por Brasil, 2 veces por Uruguay y 2 veces por Argentina. Pese a su éxito en el torneo, Sudamérica sólo la ha albergado en 4 oportunidades (Uruguay, Brasil, Chile y Argentina, en 1930, 1950, 1962 y 1978, respectivamente), mientras que 10 han sido realizadas en Europa.

El 7 de marzo de 2004, la FIFA anunció que aceptaría postulaciones para la Copa Mundial sólo de países integrantes de la Conmebol, basado en su política de rotación continental adoptada con el fin de asegurar una sede africana para la Copa Mundial de Fútbol de 2010. En tanto, el 17 de marzo, la Conmebol anunció que sus asociados apoyarían unánimemente a Brasil para que realice la XX versión del Campeonato.
De acuerdo al cronograma de la FIFA, las inscripciones de candidaturas para el torneo se iniciaron el 5 de diciembre de 2006 y finalizaron el 18 de diciembre siguiente. En ese período, Brasil y Colombia presentaron su candidatura, los días 13 y 18, respectivamente, sin embargo, los colombianos finalmente renunciarían a sus intenciones, el 11 de abril de 2007.

Candidatura de Brasil

Brasil ya había postulado para el campeonato del 2006, sin embargo se retiró días antes, apoyando a Sudáfrica con el fin de recibir el apoyo para una eventual candidatura en 2010. Sin embargo, Sudáfrica fue derrotada por Alemania. Sudáfrica sería finalmente elegida para 2010 por lo que Brasil decidió posponer su candidatura.

Brasil se convirtió en la favorita para realizar el torneo después de recibir el apoyo de todas las federaciones de Conmebol. Al apoyo de la confederación continental, se suma su importancia a nivel internacional al ser el país que ha ganado en más oportunidades el torneo. También cuenta a su favor que, a pesar de ser una de las naciones que más ha desarrollado este deporte, no ha albergado dicho evento en al menos 64 años (en comparación, Alemania esperó 32 años entre los dos mundiales que ha organizado y México tan solo 16). Brasil, además, ha organizado las Copas Américas 1919, 1922, 1949 y 1989.

El 13 de abril de 2006, Blatter nuevamente se refirió a la Copa Mundial de 2014 en una entrevista al periódico Estado de São Paulo. En ella, dijo que Brasil no tenía asegurada la realización del torneo, el que por ahora era sólo una idea que contaba con el apoyo de Luiz Inácio Lula da Silva y otros políticos brasileños, por lo que existía la posibilidad de que otras candidaturas se presentaran como la de Chile y Argentina o alguna de América del Norte. En la misma oportunidad, Blatter dijo que Brasil, en estos momentos, no cumplía con los requerimientos mínimos para la organización.

Aún cuando sea el único candidato, Brasil tendrá que responder a los criterios (de selección de la FIFA), que son de elevado nivel. Sólo si los cumplen el Mundial se realizará en Brasil.

(La candidatura) es hoy sólo una idea que, con el apoyo del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y de otros políticos, empieza a convertirse en una especie de proyecto (...) pero el camino para llegar a ello y lograr la aprobación del congreso de la FIFA en 2008 es largo. No soy un profeta. Pero, si no están dadas las condiciones, el Mundial se trasladará probablemente a América del Norte.

Tras las declaraciones de Blatter, los presidentes de las federaciones de Chile y Argentina mantuvieron el apoyo a la candidatura brasileña, mientras que el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Ricardo Texeira agradeció la recomendación pero aseguró que Brasil podrá superar las dificultades pues, según sus palabras, "no podemos perder contra nosotros mismos el derecho a realizar el Mundial de 2014"
El 14 de septiembre del 2006, el Presidente Lula da Silva pondría en duda la candidatura, afirmando que el país debería construir 12 estadios nuevos para organizar el evento ya que ninguno de los que actualmente existen en el país cuenta con los requisitos mínimos, y que además la situación de la economía del país no estaba en condiciones de costear dichos gastos.

Sin embargo, días después se reuniría con Joseph Blatter para reafirmar el compromiso del país con el Mundial.

Finalmente, el 13 de diciembre de 2006, la Confederación Brasileña de Fútbol lanzó oficialmente su candidatura, cuando Teixeira firmó una carta en Tokio en compañía de diversos dirigentes de la Conmebol y la FIFA.

El logotipo oficial de la candidatura brasileña fue presentado en Estocolmo el 26 de marzo de 2007, el cual recrea la bandera nacional sobre el número "2014", donde el "0" es un balón del mismo color azul del globo que aparece en el pabellón, ceñido por una banda blanca. Por otro lado, la realización de los Juegos Panamericanos de 2007 en Río de Janeiro sirvieron como forma de probar la capacidad de organización de eventos deportivos en Brasil, tanto para la candidatura para el Mundial como para los Juegos Olímpicos de 2016.

Entre el 13 de agosto y el 1 de septiembre de 2007, algunos encargados de la FIFA visitaron Brasil para realizar el informe de inspección de la candidatura. Días antes de la decisión final del Comité Ejecutivo, el informe señaló que "el grupo de inspección llegó al consenso de que Brasil es una elección adecuada" y que "posee el potencial necesario y ha demostrado que es muy capaz de organizar una Copa Mundial de la FIFA excepcional

Sedes
A mediados de 2006, de acuerdo a un periódico brasileño, las ciudades de Río de Janeiro, São Paulo, Porto Alegre, Belo Horizonte y Belém serían sin lugar a dudas algunas de las sedes presentadas por la candidatura, mientras que algunas otras ciudades que podrían recibir algunos partidos serían Rio Branco, Brasilia, Curitiba, Florianópolis, Fortaleza, Goiânia, Recife y Salvador de Bahía. Sin embargo, ninguno de los estadios estaban en las condiciones para organizar el evento, ni siquiera el Arena da Baixada de Curitiba (considerado como el más moderno del país) ni el Estadio Maracaná luego de su remodelación. Este hecho sería reafirmado posteriormente por el informe de inspección, aunque mencionó que las propuestas de renovación de las sedes permitirían que los estadios cumplieran con los requerimientos de la FIFA.
Tras el anuncio oficial de la candidatura, diversas ciudades presentaron candidaturas para ser sedes del evento. 18 ciudades sedes fueron presentadas al comité de inspección de la FIFA, las que posteriormente serán reducidas a cerca de 13. Cuatro estadios nuevos fueron presentados y los restantes tendrían importantes renovaciones y remodelaciones, que en total tendrían un costo aproximado de 1,1 mil millones de dólares. No obstante, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva afirmó a la cadena ESPN Brasil en enero de 2009, que "no va a colocar ningún centavo en la construcción de estadios de fútbol".[8]
El 31 de mayo de 2009, el Comité Ejecutivo de la FIFA, reunido en Nassau, Bahamas, ratificó las 12 sedes oficiales donde se realizarán los partidos del Mundial. Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá, Curitiba, Fortaleza, Manaus, Natal, Porto Alegre, Recife, Río de Janeiro, Salvador de Bahía y São Paulo fueron seleccionadas,mientras Belém, Campo Grande, Florianópolis, Goiânia, Maceió y Rio Branco fueron finalmente marginadas. Los estadios serán completamente renovados, y en el caso de Brasilia, Cuiabá, Manaus y Natal, éstos serán reconstruidos en su totalidad.[cita requerida] Sólo en el caso de Recife será un estadio completamente nuevo.

La ciudad de São Paulo tenía originalmente como sede al Estadio Morumbí, pero luego que no se garantizaran los recursos económicos para su remodelación, fue descartado de ser parte de la cita mundialista Finalmente se eligio al nuevo estadio del Corinthians para albergar el evento. Las doce sedes mencionadas originalmente se detallan a continuación. En cursiva, aparecen los estadios nuevos que han sido propuestos

La Copa Mundial de Fútbol, evento número 1 de la FIFA, efectuará su próxima edición en Brasil en el año 2014. Luego de una fuerte competencia, este país fué escogido para mantener la rotación continental en la escogencia de la sede de los mundiales.
Su elección ha sido catalogada por muchos no solo como un triunfo de Brasil, sino como un triunfo del fútbol, pues este país es conocido a nivel mundial como uno de los mas apasionados por este deporte lo cual sin duda agregará un condimento especial para el torneo. El hecho además de haber sido campeones del mundo en cinco ocasiones y país organizador los convierten de forma indudable en el rival a vencer para esta ocasión.
El éxito de la última versión del mundial llevada a cabo en el Suráfrica en el 2010, representa un gran desafío para la organización brasileria, esto en palabras del propio Presidente de la República, Luiz Inácio Lula da Silva: “El éxito de nuestros hermanos africanos representa un enorme desafío para nosotros, los brasileños. Estamos aprendiendo con ellos para que el Mundial de 2014 sea un éxito todavía mayor”, dijo Lula. “A partir de enero de 2011 yo ya no seré Presidente de la República, pero seguiré siendo brasileño. Y pueden contar conmigo para que, juntos, hagamos el mejor Mundial que haya realizado nunca un país. Es un compromiso”.
Romario y Dunga, dos de las grandes glorias brasileñas del fútbol, quienes además obtuvieron el campeonato mundial en 1994, expresaron su satisfacción y emoción ante el eventual certamen y el hecho de ser el primero desde Estados Unidos 1994 en realizarse nuevamente en el continente americano: “Brasil tiene muchas cosas distintas, ¿verdad? El mundo podrá ver todas estas bellezas. Además, tiene un pueblo maravilloso, muy simpático, y estará listo para recibir a otra gente de todo el mundo. Todos conocen el Mundial, todos han visto lo especial que es. Ahora nos toca a nosotros organizar este acontecimiento, y estoy seguro de que será un éxito enorme”.
Desde ya, el evento no solo cuenta con el apoyo de Oi, empresa líder en telecomunicaciones como principal patrocinador de la justa mundialista sino también con el respaldo de distintas personalidades como la modelo Giselle Bunchen, el escritor Pablo Coehlo, así como los ex-jugadores Pelé, Dunga, Romario y Bebeto entre otros.


Las ciudades de Rio de Janeiro, Sao Paulo, Belo Horizonte, Porto Alegre, Brasilia, Curitiba, Manaos, Natal, Fortaleza, Recife, Salvador de Bahía y Cuiabá fueron escogidas este domingo por la Federación Internacional de Fútbol (FIFA) como sedes de la Copa del Mundo de Brasil-2014.
Fotos: Efe
El anuncio lo hizo el presidente del organismo, Joseph Blatter, en Nassau, Bahamas, donde se celebrará el 2 y 3 de junio el 59 congreso de la FIFA.
“El interés fue enorme en todo el país, pero hemos tenido que seleccionar a 12 ciudades, no podían ser las 17. En un principio habíamos decidido 10 ciudades, pero hemos acordado ampliar finalmente a 12. Sin embargo, todo el país podrá disfrutar”, dijo Blatter en rueda de prensa.
Velaremos porque cada una de las 17 ciudades candidatas puedan tener una pequeña parte de este pastel que es la Copa del Mundo”, agregó.
Blatter se declaró “confiado de que todas las ciudades lo lograrán”, al referirse a las construcciones y remodelaciones de los estadios, y demás obras necesarias en infraestructura para recibir los partidos mundialistas.
“Cuando construyes algo para un Mundial es algo que queda allí. Es un legado”, aseguró.

El criterio de selección, además del deportivo, obedeció a una base técnica tras las inspecciones en enero y febrero de las ciudades postulantes, en las que se evaluaron criterios tales como la accesibilidad (aeropuertos, conexiones aéreas), infraestructura urbana y la seguridad, explicó la FIFA.
Las ciudades que fueron descartadas por la FIFA son Belén, Campo Grande, Florianópolis, Goiania y Rio Branco.
“No hay ciudades ganadoras ni perdedoras. Todos estamos participando en la Copa Mundial en Brasil, y todos podemos sentirnos orgullosos. Para las 12 ciudades elegidas, el trabajo comienza ahora. Tienen una gran responsabilidad”, dijo, a su turno, el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y vicepresidente de la FIFA, Ricardo Teixeira.
“Estas ciudades ya tendrán un cronograma de lo que tendrán que hacer específicamente en cuanto a estadios”, agregó Teixeira.
“Vamos a reunirnos con las (autoridades de las) ciudades y algunas personas del Gobierno Federal, para encaminar el proyecto. Es ahora que comienza efectivamente la Copa del Mundo”, destacó el directivo.
El costo total de remodelación y construcción de los escenarios llegaría en principio a 3.710 millones de reales (1.845,7 millones de dólares), según estimativos de la prensa brasileña.
El del 2014 será el segundo Mundial organizado por Brasil tras el realizado en 1950, que constituyó la mayor tragedia del fútbol auriverde con la derrota ante Uruguay (2-1) en la final disputada en el mítico estadio Maracaná de Rio de Janeiro.
Versiones no confirmadas insisten en que la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) propondrá que el partido inaugural se dispute en Sao Paulo, mientras que la final se realice en el Maracaná

Todas las sedes del Mundial Brasil 2014 (+ Fotos de los estadios)

TODAS LAS SEDES


- Rio de Janeiro (sudeste):
Estadio: Maracaná (Estadio Mario Filho)
Capacidad: 87.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: 218 millones de dólares
Inauguración: 1950

- Sao Paulo (sudeste):
Estadio: Morumbí (Estadio Cícero Pompeu de Toledo)
Capacidad: 73.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: 69 millones de dólares
Inauguración: 1960

- Belo Horizonte (sudeste):
Estadio: Mineirao (Estadio Governador Magalhaes Pinto)
Capacidad: 76.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: indefinido
Inauguración: 1965

- Porto Alegre (sur):
Estadio: Beira-Rio (Estadio José Pinheiro Borda)
Capacidad: 60.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: 61 millones de dólares
Inauguración: 1969

- Curitiba (sur):
Estadio: Arena da Baixada (Estadio Joaquim Américo Guimaraes)
Capacidad: 41.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: indefinido
Inauguración: 1999

- Brasilia (centro-este):
Estadio: Nacional de Brasilia (a construir en el mismo lugar del Mané Garrincha)
Capacidad: 70.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: 264 millones de dólares

- Cuiabá (centro-oeste):
Estadio: Verdao
Capacidad: 48.453 espectadores
Costo estimado para la construcción: 203 millones de dólares

- Manaos (nordeste):
Estadio: Vivaldao
Capacidad: 47.930 espectadores
Costo estimado para la construcción: 254 millones de dólares

- Fortaleza (nordeste):
Estadio: Castelao (Estadio Governador Placido Castelo)
Capacidad: 56.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: 152 millones de dólares
Inauguración: 1973

- Salvador (nordeste):
Estadio: Fonte Nova (Estadio Octavio Mangabeira)
Capacidad: 55.000 espectadores
Costo estimado de las reformas: 203 millones de dólares
Inauguración: 1951

- Recife (nordeste):
Estadio: Maracatu o Capibaribe (nombre sin definir)
Capacidad: 46.150 espectadores
Costo estimado para la construcción: 254 millones de dólares

- Natal (nordeste):
Estadio: Arena das Dunas
Capacidad: 45.000 espectadores
Costo estimado para la construcción: 152 millones de dólares
© 1994-2009 Agence France-Presse
© 1994-2009 Agence France-Presse
Fuente: http://www.noticias24.com/deportes/noticia/3382/todas-las-sedes-del-mundial-brasil-2014-fotos-de-los-estadios/